¿Volvió la inflación?

¿Volvió la inflación?

Escribí una carta abierta diciendo si sentís que volvió la inflación o no en la Argentina. Podés tomar como referencia: “Dólares frescos para Caputo y Milei” de Javier Lewkowitz.

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Dólares frescos para Caputo y Milei

El Gobierno recibirá un importante paquete de dólares que Milei celebró por cadena nacional como una refundación. Prometió más ajuste fiscal para este año.

El Gobierno anunció la concreción de un nuevo acuerdo de deuda con el Fondo Monetario Internacional por 20 mil millones de dólares, que en los hechos constituye una suerte de salvataje en medio de una fuerte presión cambiaria que en los últimos meses hizo que el Banco Central perdiera miles de millones de dólares para evitar la devaluación, en un contexto de reservas internacionales negativas y una inflación que en marzo se ubicó por arriba de los peores pronósticos, en el 3,7%, y así acumula tres meses al alza. Por la noche, el presidente Javier Milei celebró el acuerdo con el FMI por cadena nacional: “Argentina pasó a ser el mejor alumno”, dijo.

La contrapartida del guiño del Fondo es lo que pinta como una devaluación encubierta del tipo de cambio oficial, porque se anunció la eliminación de las restricciones cambiarias y la inauguración de esquema de bandas de “flotación libre” del dólar, dentro de las cuales el Central no intervendrá vendiendo directamente reservas.

El techo de esa banda de flotación arrancará el lunes, cuando abran los mercados, en 1400 pesos. La banda, cuyo piso es de 1000 pesos, se moverá un 1% mensual: el techo irá para arriba y el piso para abajo, de modo que poco a poco se vaya ampliando. De todas maneras, todo está por verse y con Caputo al mando y con toda la plata fresca en el bolsillo no se puede descartar que el Gobierno termine encontrando el canal para contener al dólar incluso dentro de la banda de flotación.

La eliminación de las restricciones cambiarias será total para las personas físicas, lo cual implica que se podrá acceder a la compra de dólares sin límite. Para las empresas, es parcial, porque no abarca a los dividendos acumulados hasta finales de 2023, pero sí para las nuevas ganancias que se generan. Se mantiene el llamado “dólar turista”, se facilita el acceso a los dólares para los importadores y se elimina el “dólar blend, por el cual los exportadores podían liquidar parte de sus ventas al paralelo, para así obtener un mejor dólar promedio.

En clave refundacional, Milei habló por cadena nacional: “hoy podemos decir que está concluido el proceso de ordenamiento macroeconómico de la Argentina. Pasamos de ser el peor alumno a ser el alumno ejemplar. El programa aprobado por el FMI es inédito: es la primera vez que no se financia a una economia desordenada sino para respaldar un plan que ya ha rendido sus frutos”, dijo, y adelantó que “si hay más turbulencias externas, habrá más ajuste fiscal”.

En tanto, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva señaló que “sobre la base de los impresionantes esfuerzos continuos para desregular la economía, el programa busca profundizar las reformas estructurales para impulsar el crecimiento de Argentina, incluyendo su vasto potencial en energía y minería”.

El cuento de la buena pipa

Este viernes, el Gobierno se mostró exultante por el anuncio. Además de las declaraciones de Milei en cadena nacional, el ministro de Economía, Luis Caputo, vaticinó que Argentina será el país con mayor crecimiento del mundo en los próximos 20 a 30 años, dijo que está entre las cinco economías mejor preparadas para enfrentar los actuales cimbronazos externos y hasta se tomó varios minutos en su conferencia de prensa para agradecer, cual rockstar, a sus colaboradores y a su familia.

La muestra de autoconfianza, más allá de qué tan real sea puertas para adentro, es un activo puertas para afuera: para el Gobierno es imprescindible que “el mercado” le vuelva a creer a Caputo y así se regenere rápidamente la bicicleta financiera que tantos frutos (aunque siempre de corto alcance) le ha dado al ministro. Para las inversiones en el terreno productivo, el Gobierno apuesta a sectores exportadores primarios, como minería, y el sector energético, a través del RIGI.

El Gobierno también tiene que venderle optimismo a la población: luego del tremendo fogonazo inflacionario del comienzo del mandato, que hundió a los ingresos, es probable que ahora se esté en puerta de otra suba de la inflación, que vendría a acompañar el alza del dólar oficial. Si el dólar sube hasta el techo de la brecha, se trataría de una depreciación del orden del 30%, alta en términos históricos.

Imposible obviar que si en algo la Argentina tiene experiencia es en escuchar a ministros de Economía anunciar acuerdos maravillosos con el Fondo Monetario Internacional que luego terminan en otra ruina que el pueblo debe pagar durante décadas. El último de ellos, en 2018, tenía, casualmente, al actual ministro Luis Caputo como secretario de Finanzas y luego presidente del Banco Central. El estrepitoso fracaso de ese acuerdo constituye una parte central de la herencia de la que se quejó, aunque sin entrar en demasiados detalles, el Luis Caputo versión 2025.

Apoyo empresarial

Las principales agrupaciones empresariales del país salieron a respaldar el anuncio. La Asociación Empresaria Argentina (AEA) emitió un comunicado en donde dice que el acuerdo con el FMI “contribuirá a generar las condiciones para dinamizar la actividad económica, aumentar la previsibilidad y promover las inversiones productivas”.

El Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) expresó que “la liberación del cepo cambiario y el nuevo acuerdo alcanzado con el FMI, destinado a fortalecer el patrimonio del Banco Central, tendrán efectos positivos en la inversión y el acceso al financiamiento”. También se manifestó a favor de las medidas la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).

Fue parte de la estrategia

Tal como hizo el Muñeco Gallardo en marzo de 2018, cuando River empezó muy mal el año y allí empezó a torcer el rumbo ganándole a Boca la Supercopa Argentina, el ministro Caputo trató de vender algo parecido a “perder fue parte de la estrategia” para ocultar que, sin el acuerdo, al programa económico se le había picado el boleto.

Así, Caputo planteó que ahora se abre la tercera etapa del programa económico, pero que en realidad las características del acuerdo ahora anunciado ya estaban cerradas con el FMI a mediados del año pasado. El ministro aseguró que “tenemos el esquema cambiario cerrado con el FMI hace ocho meses” y que el acuerdo no se cerró antes por el elevado monto solicitado por el país (20 mil millones de dólares) y por el desembolso inicial, de 12 mil millones de dólares. “No hay precedentes de un desembolso inicial tan alto. Nuestro argumento fue que, a diferencia de otras veces, el país ya había hecho los deberes antes de llegar al acuerdo”, señaló Caputo.

En realidad, la incertidumbre que ahora se abre, con probable efecto en la inflación, es un sapo que el Gobierno buscó evitar a toda costa, para no herir sus chances electorales. El acuerdo con el FMI, que Milei criticó mil veces, se convirtió de a poco en la salvación. Ahora, Milei y Caputo se juegan un pleno: a cruzar los dedos para que el mercado les crea nuevamente y que la apertura de importaciones abastecida con dólares frescos permita disciplinar precios. Es una jugada arriesgada porque los dólares frescos que ahora llegan son todo el poder de fuego del Central de cara a un mercado cambiario que estará mucho más empoderado.

El acuerdo

Según lo que explicó Caputo, el acuerdo con el FMI contempla un desembolso inmediato –sería este martes– de 12 mil millones de dólares, otros 2 mil millones en junio y 1000 más en el resto del año. Un total de 15 mil millones de dólares en 2025. A eso se le sumarían 2500 millones adicionales de parte del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y 2 mil millones por operaciones REPO del BCRA.

Caputo volvió a insistir con la idea de que “la deuda no sube, de hecho baja” porque se cancelan títulos que el Tesoro le colocó al BCRA con esta deuda con los organismos internacionales. Como si fuera lo mismo deber pesos que dólares, y tener como acreedor al Tesoro o al FMI. Además, el ministro reafirmó el compromiso del Gobierno respecto de sostener el ajuste fiscal e incluso anunció que la meta prevista de obtener un superávit fiscal del 1,3% se eleva para este año al 1,6%. “Máxima ortodoxia fiscal y monetaria”, definió.

Fuente: Página 12

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