De escribir se trata
Caminar sin saber hacia dónde. Querer caminar. Recorrer la ruta que ondula, se convierte en espiral aprisionado en un túnel inflexible. Convertirse en túnel, en ruta, en ruedas que giran. Caminar y correr y volar. Volar sin saber volar. Descorrer con las pestañas todas las cortinas de la casa para que entre la luz.
Caminar y volar, ir deprisa. Retirarnos de quien somos para ser. Saber que se tiene lo que se sabe. Saber que falta lo que se ignora y por eso no importa. Conocer el sueño que se sueña, avivar la calentura de vivir, apasionarse más con la vida.
No parar. No parar jamás. No cesar el vuelo kamikaze hacia el universo que nos hace quienes somos. Estirar las alas robadas de los sueños. Conmoverse.
No temer a las lágrimas, aunque sean amargas porque son lluvia y las lluvias son agua y el agua es vida. Lloramos porque estamos vivos. Vivimos. Y esa es la única consecuencia de los sueños.