“La música fue mi refugio
podría arrastrarme hacia el espacio entre las notas
y acurrucarme en la soledad”.
Maya Angelou
Ella puede desabrochar sentidos, para dibujar una lluvia de estrellas junto a su amado violín. Sigue una línea de formación y dedicación, pero sorprende y contagia su pasión en cada acto.
Verla en el escenario sacude las ideas establecidas sobre este instrumento, porque cualquier género musical se desprende de la imagen que podríamos tener “naturalizada”, “preconcebida”, anudada quizás a lo más clásico y sereno.
Valeria Velasquez toca el violín y no es sólo su excelente técnica, sino toda su interpretación la que nos toca la piel y el alma. Su fuerza sacude los sentidos y te invita a bailar, a saltar y a reír.
Esto de disfrutar el arte y apostar a él como un modo de transformar el mundo, la muestra fresca, decidida, generosa y con un talento que deslumbra. Como cuando la invitaron a tocar junto a Coldplay, con la misma entrega que lo hace en sus cuatro proyectos musicales: “Del Río”, “La Fanfarria del capitán”, “Cuerdas del Plata” y “La Orquesta típica de Hurlingham”.
Una violinista que, además, sabe mirar más allá y más acá, bien cerca de los pequeños gestos y los detalles.
Valeria nos cuenta acerca de sus primeros acercamientos a la música «Soy la tercera hija de tres hermanos. Mis dos hermanos son músicos. Verónica tiene un profesorado de piano y cuando yo nací en casa sonaba Mozart, Beethoven, los estudios de Czerny. Mi hermano también estudió guitarra clásica de chiquitito 4-5 años». Ellos se llevan dos años entre ellos y yo me llevo 7 y 9 años con ellos.
Entonces ya nací en un contexto donde la música ya era algo habitual, parte de la forma de vida, digamos.
La música clásica, el rock y el heavy metal, Spinetta y Pink Floyd andaban por la casa.
Mi primer acercamiento justamente fue al piano. Arranqué de muy chiquitita tomando clases, hasta los 11-12 años. Después me pasé a un poquito a la guitarra, como que jugué un poco (risas). Tomé un par de clases y me gustaba sacar algunos temas. Después un poco a la batería y después recién violín. Empecé violín a los 17-18 años y nunca más lo dejé.
¿Qué te llevó a elegir como instrumento principal el violín?
Varias cosas….primero que nada la sonoridad. Siempre me pareció un instrumento muy expresivo. En su momento, en mi adolescencia, lo veía como una sonoridad épica, como algo “ahhhh”. Después cuando te metés bueno…no es para tanto (risas) pero en ese momento el violín era como guauuuu. Y también yo escuchaba mucho una banda que se llama “Dave Matthews Band” y hay un violinista que es un zarpado, con mucha onda y como que ese tipo me ayudó a descontextualizar el violín en todo el ambiente académico clásico, que era por lo único que una relaciona cuando no sabés nada del instrumento. Así que…ahí arranqué a estudiar violín y esa fue la elección del instrumento.
El tipo éste me encanta y la música me parece alucinante y era algo que juntaba las dos cosas.
Después de mucho tiempo, yo hice la carrera en el Conservatorio, pero elegir como instrumento principal y forma de vida y carrera…creo que no me lo había planteado hasta más de grande.
Además, sos profesora de música. ¿Dónde y cómo ejercés ese trabajo?
Sí, soy profesora superior de música con especialización en violín. Hice la carrera en el Conservatorio Superior de Música de la Ciudad de Buenos Astor Piazzolla. Trabajo como profesora en el Conservatorio Provincial número 1 de San Miguel, ahí doy clases de inicial y en nivel medio en Foba se llama y también en el superior. Así que doy clases en la Carrera del Profesorado de violín y también doy clases particulares.
¿Estás relacionada con algún otro tipo de arte?
No. Te puedo decir que he coqueteado con la escritura, con el dibujo, porque vengo de una familia de artistas. Mi hermana es artista plástica, también escribe. Mi hermano también. Hice teatro un par de años también. Pero me dedico pura y exclusivamente a tocar el violín. Lo que más quiero hacer es tocar bien, mejorar cada vez más y por eso estudio. El día de hoy sigo estudiando la Licenciatura en música con orientación en violín en la Universidad Nacional de las Artes. Estoy muy metida ahí.
Sí, por ejemplo, no sé si llamarlo arte. Tengo un amor muy especial y muy profundo con los caballos y soy muy fanática de los caballos. Hice equitación durante muchísimos años y monto desde los 10 años. Competía en salto y todo pero, por circunstancias de la vida y temas del país, tuvimos que vender mi caballo. Quedamos en la lona total y nunca pude volver a competir pero sí pude volver a mi gran amor que son los caballos.
Actualmente, me estoy dedicando al adiestramiento que es una disciplina y estoy con eso. Me cuesta llamarlo hobbie porque me cuesta tomarme las cosas como hobbie.
Los caballos son mi pasión, sería muy feliz viviendo en un campo y teniendo muchos caballos.
La música que salva
“La música me sacaba del tiempo,
aunque no es más que una manera de decirlo.
Si quieres saber lo que realmente siento,
yo creo que la música me metía en el tiempo”
Julio Cortázar
Hablando de música, ¿qué música preferís tocar?
Todo me gusta lo que hago. Me gusta tocar en la banda (La Fanfarria del Capitán) porque, no sólo toco, y bailo un montón y salto un montón. Me gusta tocar con mis compañeros, me re divierte. Me encanta tocar con el dúo (Los del Río) porque a nivel camarístico es otra exigencia y a nivel instrumentista, es otra exigencia mucho más expuesta. Pero después, “Con las cuerdas de plata” que es una orquesta donde también toco, que es una orquesta de tango nueva sólo de cuerdas, ahí trabajamos todo de memoria, la directora de esa orquesta se llama Pétalo Selser. Somos 15 personas, todas tocando de memoria y en círculo. ¡Una cosa de locos, bestial!
Después, con la Orquesta Típica de Hurlingham, que es mi otro proyecto, la paso super bien.
Lo que más me gusta es tocar. Si me invitan a tocar, yo voy chocha, no hay una que prefiera porque me gusta la música.
Quería que me cuentes un poco más sobre las bandas donde estás tocando en la actualidad. Por un lado, junto a tu compañero de vida, Matías Giannasio, forman el dúo “Del Río”, también en la “La Fanfarria del Capitán” y otras orquestas.
En la actualidad estoy tocando en cuatro lugares. El dúo “Del Río”, “La Fanfarria del Capitán”, “La Orquesta cuerdas del Plata” todo cuerdas interpretando tangos nuevos y “La Orquesta Típica Hurlingam” que es la orquesta que formamos con Matías. Matías es el director y yo soy la coordinadora de las cuerdas.
“Del Río” es un dúo que se formó en el año 2018, lo formé con Matías, que es también mi compañero de vida. Con Mati nos conocimos tocando en una orquesta, así que lo tenemos medio naturalizado esto de tocar juntos, porque fue así desde el principio.
En la actualidad, estamos haciendo un ciclo que se llama “Río Adentro”, en donde todo lo gestionamos acá en casa Matías y yo, principalmente Matías, porque el ideólogo es Matías y Pablo Osuna Vargas, es un amigo de él que nos hace toda la técnica de lo que es Río Adentro. Yo me ocupo, aparte de tocar porque tocamos en todas las fechas (tenemos una fecha cada quince días, y tocamos con un invitado o un dúo invitado), de la difusión, de armar los videos, de cosas más administrativas del ciclo. Los chicos se ocupan de la técnica, de la programación y todo.
Gracias a eso estamos tocando en vivo streaming, youtube.
Y con La Fanfarria yo entré en el 2014-2015. ¡La banda está buenísima! Yo entré porque el otro violinista, fundador de la banda, que se llama Francisco Mercado, se casó con una alemana y se fue a vivir allá. Ahí empezaron a buscar y bueno…dieron conmigo porque otra chica me recomendó, otra violinista. Y con La Fanfarria también el 6 diciembre, dimos un concierto para todo el mundo, para Europa, Japón, todos lugares donde fuimos con la banda. También sacamos un disco hace un par de semanas que se llama “Magias de hoy” es el quinto álbum de la banda que ¡está buenísimo! Tiene invitados muy grosos.
Esa banda, La Fanfarria, también está armada por una pareja, Vicky y Gero, son compañeros de la secundaria, tienen un bebito ahora hermoso que se llama Galileo y ellos son como los principales que manejan la banda y gestionan todo lo que tiene que ver con la prensa, la difusión, son unos capos realmente. Feliz de estar ahí, desde otro lugar que a mí me ayudó a descontracturar un montonazo.
¿Qué diferencias y qué coincidencias encontrás al interpretar músicas distintas? Por ejemplo con el Dúo, donde lo clásico y el tango afloran y por otro lado, con “La Fanfarria del capitán”.
Hay más diferencias. La coincidencia es que en las dos, yo toco como violinista, me encanta y la paso super bien.
Las dos son como parte de mí, son como distintas caras de mi misma persona. La coincidencia reside en mí como instrumentista para esos proyectos.
Diferencias… hay un montón porque lo orgánico de la banda son 6 personas, con el dúo somos dos. Por lo tanto a nivel interpretativo en “Del Río” estoy mucho más exigida técnicamente. Y en La Fanfarria tengo muchas líneas, es más llevadero, bailo un montón, es otro tipo de propuesta.
Has viajado con las dos. ¿Cómo viviste esos viajes y por dónde fueron?
Con “Del río” viajé más que nada por Argentina, por el Sur, por Patagonia, Provincia de Buenos Aires, pueblitos, ciudades. Y bueno, siempre fueron alucinantes porque lo que pasa con el dúo es que, como somos pareja, nos damos gustos los dos con esos viajes. Porque si bien hacemos viajes de laburo exclusivamente, porque a veces vamos y tocamos y también damos cursos y talleres, también clases individuales cada uno por su lado.
Siempre nos gusta salir a cenar, a caminar, ir a la playa, a la montaña, hacer excursiones. Por suerte los dos tenemos esa inquietud que nos une, nos encanta la aventura.
Con La Fanfarria viajamos más por Europa, pero también por acá al Sur, Córdoba, Chaco, Santa Fé, por la Costa Bonaerense. Y en Europa, es una banda que viene girando hace como diez años, de hecho este año iba a ser la décima gira que íbamos a hacer, se canceló todo, la gira a Europa y otra que teníamos a México.
Esos viajes estuvieron buenísimos, porque con la Fanfarria conocí Alemania, Austria, Suiza, Hungría, Rusia, Eslovaquia, y algunos más. Conocí mucha gente de muchos lugares, de muchas culturas. Lo que tiene la banda es que siempre viene gente a tocar con nosotros de distintos países. Entonces de golpe en el escenario aparece un chabón que se pone a tocar con vos y está todo bien (risas). Esas cosas pasan mucho en la banda, por eso la banda tiene tanta apertura, aparte de la gestión que hacen los chicos, es muy abierta.
Es única, tiene miles de historias.
La experiencia vivida es impresionante. Me fui un mes y medio la última vez con ellos, aunque la última semana ya extrañaba mucho, a mí me pasa eso, que soy muy familiera.
Conocí lugares que nunca en mi vida pensé llegar a conocer. En Viena fui a la casa de Mozart. Estuve en la escuela de equitación también.
Los rusos son divinos, tienen una personalidad muy copada, los sentí parecidos a Latinoamérica.
Te abre la cabeza viajar y me gusta estar bien despierta para disfrutarlos.
Estuve mirando el recital de Coldplay donde estuviste compartiendo escenario durante dos conciertos ¿Cómo fue esa experiencia?
Me llamaron el mismo día que tocaban para preguntarme si quería tocar con Coldplay a la tarde, y me llamaron a las 11 de la mañana. No entendía nada, porque pensaba que era raro siendo ingleses que llamaran a un instrumentista a último momento pero bueno ahí fui. No sabía qué tema iba a tocar porque era algo nuevo, entonces no se podía decir ni pasar por audio de whatsapp ni nada. Después llegamos a La Plata, con la otra chica nos perdimos con todas las calles en diagonal, la productora nos buscaba y nos vinieron a buscar 6 policías en moto con dos patrulleros y nos llevaron en caravana para llegar rápido al estadio porque nos estaban esperando los chicos de Coldplay en la prueba de sonido.
Se llama “Amor Argentina” el tema. Tocamos casi al final del show. Así que ví todo el show desde la torre de sonido que estaba divino, un show increíble. Todas las personas tenían pulseritas led, entonces era una locura ver el estadio con 50.000 personas con pulseras led. Eso fue dos días.
Esto fue en 2017 y en julio del 2018, me mandaron unos mails de una discográfica con un contrato porque ese tema salió en un disco en vivo que sacaron en Argentina y Brasil.
Fue una experiencia muy linda y gratificante.
Con La Fanfarria formaron parte de la canción histórica “Bella Ciao”, un himno de la resistencia italiana que se escucha en “La Casa de Papel” y también hay otros temas de ustedes que suenan en la serie. ¿Cómo fue que se contactaron y llegaron a formar parte de la banda de sonido?
Con el “Bella Ciao” lo que sucedió fue que esa canción se dio a conocer por la “Casa de Papel” pero nosotros la venimos tocando hace muchos años. La conocemos hace mucho, en Alemania en un festival de Carpinteros.
Justo el año que salió “La casa de Papel”, nosotros habíamos sacado el clip oficial del Bella Ciao de estudio que hicimos y ponele al mes…salió en “La casa de papel” y para nosotros fue “uy no…un bajón” porque una megaserie sacaba el Bella Ciao y todo el mundo iba a decir que nosotros íbamos a tocar esa canción por eso, pero no.
Entonces Vicky, que es una genia total, le escribió a la producción de Netxflix de “La casa de papel” y les mandó nuestro video. A la producción le gustó mucho nuestra banda y justo en ese momento, ellos estaban escribiendo la tercera temporada, donde uno de los integrantes de la banda de ladrones se exiliaba en Argentina. Entonces ahí es cuando falshearon con la banda y nos invitaron a participar de la serie filmando.
En realidad, nuestro tema, nuestra versión, no sale en la serie, simplemente que fue esa coincidencia que justo habíamos sacado el video oficial pero los temas que salen, son dos temas. Sale “La flor y el libro”, “La palosa” que están en el disco “La gira vida”.
Muchos temas sociales atraviesan la música en particular y el arte en general. ¿Cuáles son los temas que más te convocan y conmueven?
Con respecto a la música, he formado parte de proyectos de inclusión que son los de las orquestas escuelas que se generan en los barrios. Formé parte de una orquesta escuela, en su momento dirigida por Clara Akerman que se llama “Orquesta Escuela de San Telmo” a donde vienen todos los chicos para acercarse a la música y te dan el instrumento. Quizás…para chicos que no pensaron en la posibilidad de tocar un instrumento. Pueden ser chicos de bajos recursos o no, yo no quiero estigmatizar “ah, los chicos pobres van a tocar…”. No quiero que se diga eso. Me parece que son proyectos que hacen que la música académica o los instrumentos de la música académica, sean mucho más accesibles para todas las clases sociales. Eso es lo que me gusta de esos proyectos.
Lo que más me conmueve es acercar desde mi música, acercar la música a todos los lugares donde no se pueda llegar por múltiples cuestiones. Porque se puede decir:»ah bueno…pero el Conservatorio es gratis», pero hay un montón de cosas que tienen que pasar en tu entorno para que vos tengas ganas de dedicarte a la música o a cualquier otra cosa.
A mí me gusta por ejemplo, de vez en cuando, dar clases gratis de violín. Por ejemplo, la vez pasada estuve dando clases gratis para la ciudad de Comodoro Rivadavia por la cuarentena. Ayudar desde ese lugar, eso me gusta.
Me conmueve también la música como una herramienta para poder sacar a alguien de algunos lugares. A uno mismo cuando toca le pasa. Tocás y…ya te cambia el estado de ánimo. Incluso si tenés alergia o estás enfermo se te pasa. Te subís al escenario y se te olvida todo, los problemas, las contracturas. Después vuelve todo (risas).
Lo que más me gusta es que sucedan estos proyectos de orquesta en todos los lugares de la sociedad.
Lo simple que se vuelve fundamental
“Y una vez más comprobé que la verdad de las gentes sencillas
vale más que todas las verdades del arte”
Luis Sepúlveda.
Hablar del amor, de la ternura, en estos tiempos de soledad y desamparo, es apostar a la vida donde todo cobra sentido y el gesto singular se asoma.
¿Qué cosas, gestos, situaciones, personas te inspiran? (de les famoses y también de lo cotidiano)
De los conocidos me inspiran…Nina Simone, Astor Piazzolla, Osvaldo Pugliese, Hugo Díaz, Tata Cedrón, Nathy Peluso, Red Hot Chili Peppers , Ludwig van Beethoven, Tchaikovsky, Hindemith, Penderecki. Fito Paéz, me fascina. Divididos. Muchos.
Pero lo que más me inspira… son muchos gestos que tienen que ver con el hacer sentir bien al otro; de los otros y míos. Me gusta hacer sentir bien a las personas tanto desde el arte como en lo cotidiano.
Y me inspira eso de las personas, cuando se entregan al otro, de distintas formas.
Por ejemplo, tenés una mercería en el barrio y vos ves que la vidriera está hermosa, que está puesto un botoncito al lado del otro ¡con un amor! Y esas cosas me inspiran, porque digo: «¡Qué lindo!». Me parecen alucinantes
También acá en Hurlingham hay varias fábricas de calzados, de gente grande. Fábricas de familias que siguen y vos los ves ¡con un amor a las cosas!
Yo lo veo a mi compañero cómo organizó este ciclo de “Río Adentro”, desde un lugar super profesional, porque él es muy dedicado y con los amigos…y digo… esas cosas me inspiran. Es como que digo.»¡Qué lindo dar desde su lugar!».
Eso sería… que cada persona desde su lugar da lo mejor. Aborrezco la mediocridad desde el lugar de uno, y no lo digo desde un lugar de superioridad, simplemente me parece que uno siempre, cuando da lo mejor, sea lo que sea, es también para el otro. Eso es lo que más me inspira.
¿Qué cosas, situaciones y personas te hacen feliz y te incentivan a continuar tu camino artístico?
Mi instrumento, mi compañero violín, si es que se puede llamar cosa. Es por él que llegué donde llegué y vamos a seguir llegando a otros lugares que no tenemos ni idea todavía. Si no fuera por él no me hubiera dado el pie para conocer el mundo y conocer un montón de gente.
Conocer a mi compañero de vida y hacer una casa y bueno… miles de cosas más.
Y las personas que me hacen feliz, que me apoyan y me incentivan…mi novio, mi hermana, mi vieja, mi viejo, mi hermano, mis sobrinos, mis amigas. Mis amigas Perla, Ceci, son personas que son fundamentales en mi vida, en mi camino artístico, son las personas para las que estoy ahí y también me apoyan. Siempre escucho sus sugerencias, sus cosas. Son inspiradoras para mí y me hacen re contra feliz.
¿Algún proyecto que quieras compartir?
Por ahora, este proyecto que te contaba “Río adentro” ideado por Mati que es donde tocamos cada quince días. El 27 viene Mailen y Dami con “El Sauco”. Eso es algo que me encantaría que todos vieran porque es algo exclusivamente autogestionado todo, con la ayuda de mucha mucha gente. Así que eso es un proyecto que me encanta.
Por supuesto quiero que todos vean los videos de “Del Río”; que “La Fanfarria” tenga más difusión.
“Cuerdas del Plata” y “La Orquesta típica de Hurlingham” son todos proyectos hermosísimos, que están hechos con mucho amor.
¿Cuáles son tus sueños, Vale?
Mi sueño es, principalmente, tocar bien el violín. Ese es mi sueño con respecto a la música y que me sigan invitando a participar de distintos proyectos. Me encanta que me inviten, la pasó muy bien.
Mi sueño también es poder seguir viajando con la música, con cualquiera de los proyectos.
Y un sueño que englobaría mucho sería, tener una casa en el campo cerca del mar con muchos caballos y poder estar cerca de algún centro, o de una ciudad, para poder seguir trabajando dando clases y tocando y girando.
Seguir con lo que estoy haciendo, cada vez más especializada; terminar con la Licenciatura y tener muchos caballos, muchos, muchos. Eso me encantaría.
¿Cómo es tu idea de resistir desde la música? ¿Sentís que la música es una manera de dar lucha a cuestiones personales y sociales?
Creo que dedicarse a la música es una forma de resistir en muchas cosas y a muchas cosas. Siempre la carrera de música fue media vapuleada en sus inicios. Para mí la idea de resistir desde la música es hacer lo que quiero, lo que se me canta; estudiar y formarme sobre todo. Hacer lo que a uno le gusta, meterse a full con lo que uno quiera, mil por mil y estudiar, no dejar nunca de formarse, porque entonces de esa forma podés resistir mejor.
Y la música es una manera de dar lucha a muchas cosas. A todos los seres humanos la música nos entra por un lugar que no lo podemos manejar, nos hace sentir cosas que no podemos dominar. Entonces, desde esos lugares, nosotros podemos dar mensajes muy poderosos, conmover a la gente. Entonces me parece que sí, que dar lucha a cuestiones personales y sociales, la música es el camino.
La música te salva, dicen muchos también; la música te salva desde muchos aspectos. Es más fuerte que todos, se te mete por todos los sentidos…entonces partiendo desde esa premisa es así.
Y como te dije, para mí, la forma de resistir, es formarse, estudiar, informarse. Porque la música cuando está bien hecha, sea del género que sea no importa, desde rock, pop, clásica, cumbia, si está bien hecha te llega.
La mejor forma de resistir para mí es hacerlo bien, qué mensaje querés dar, de qué manera, no ser mediocre con uno mismo. Poder llegar hasta los más poderosos, porque sino te comen crudo.
Finalmente para ir cerrando, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a las personas que lean esta entrevista? a las que te conocen y a todas aquellas que aún no.
A las que me conocen, les digo gracias (risas). Primero porque si llegaron a leer toda la entrevista, es porque me quieren un montón.
Me decís esto y me emociono, porque el mensaje que les quisiera dar es: “gracias por el aguante siempre a todos”, sobre todo a este círculo íntimo que te decía, porque en todas las locuras que se me ocurren, están ahí diciéndome:” ¡Dale, dale, hacé!”.
Tengo un entorno que me inspira muchísimo y que amo un montón.
Eso quiero decirles, que sin ellos no sería nada de lo que soy, de lo que llegué y de lo que voy a seguir haciendo.
Y a las que no me conocen, quisiera decirles que si tienen algo que los inspira, en la carrera, en lo que sea, que lo hagan y que no aflojen, que aprovechen las herramientas que tenemos. Que coman bien, que salgan a caminar, que tomen sol, que hagan ejercicio, que escuchen música, que vean cine, que canten y bailen, para que no se atrofie el cuerpo que es nuestro medio de transporte. Que se rían mucho, que no se enfermen con la televisión, que hagan la mejor versión de lo que hacen, que lo hagan con el amor más grande porque eso es lo que nos queda.
Les diría que hagan lo que quieran, que dejen de quejarse (risas) y que las hagan.
¡Ah! (risas) y que escuchen la música que hacemos con los proyectos.
Valeria se planta firme y segura para dar batalla desde el arte, su arte, ése que delinea y construye a su modo, dándole una voz propia que grita bien fuerte lo que tiene que decir.
Un instrumento para embellecer el mundo y esparcir el amor; para resistir y sembrar mensajes que puedan despertar a los que aún duermen y conmover a los que sufren.
La música como uno de los antídotos más poderosos, se anuda siempre a nuestra vida con alguna banda sonora de fondo.
Valeria sabe de la fuerza de sus cuerdas y de la importancia del otro en esa construcción.
¿Qué sería de cada uno de nosotres sin amor, sin este alimento imprescindible, sin este motor que nos hace sonreír aún en las mayores adversidades?
Como decía la escritora Jane Austen:»sin música, mi vida sería un espacio en blanco».
Las canciones de cuna, las enseñanzas ancestrales, los legados, los grandes amores, los bailes, las revoluciones y las resistencias están impresas en cada canción y en la historia de los pueblos.
La música conmueve y penetra en la capa más profunda de la piel.
He visto milagros maravillosos en niñes autistas, donde un grito les despertaba después de años de silencio absoluto.
Valeria y su violín, te invitan a viajar en un mundo sin tiempo, ni etiquetas, donde la magia es posible.
Para contactarse con Valeria y conocerla, tanto a ella como a los proyectos musicales en los cuales participa.
Fotos:
Jetmir Idrizi
Isik Producciones
Pohoda Festival
Fuente: https://noticiasancap.org/