Que sólo sirve para mostrar la gravedad del problema del plástico a nivel mundial. Lo que estamos haciendo en la Ciudad.
Este año, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, conocimos por Naciones Unidas unas cifras descomunales referidas a la situación del plástico como agente contaminante. Cada año se fabrica 1 billón de bolsas plásticas en todo el mundo. La vida útil promedio de cada una de ellas es de 15 minutos. Y por minuto se venden 1 millón de botellas PET.
Casi la mitad de todo el plástico de la historia de la humanidad fue fabricado en los últimos 15 años. Cerca de 8 millones de toneladas de residuos del plástico terminan cada año en los mares. Esto equivale a tirar al mar un camión lleno de plásticos por minuto. Y por eso pasó algo así.
Casi la mitad de todo el plástico de la historia de la humanidad fue fabricado en los últimos 15 años. Cerca de 8 millones de toneladas de residuos del plástico terminan cada año en los mares. Esto equivale a tirar al mar un camión lleno de plásticos por minuto. Y por eso pasó algo así.
El plástico contamina, mata fauna, altera ecosistemas y reingresa a la industria alimentaria en forma de millones de micro partículas que consumimos al comer pescados. Los científicos creen que si no se toman medidas extremas y contundentes, para el año 2050 en los océanos podría haber más plásticos que peces.
Y esto es así. Por eso, para las Naciones Unidas respecto del Ambiente, el lema para este año es “Un planeta sin contaminación de plásticos”. El slogan de la campaña global es “Rechaza lo que no puedes rehusar”. Y la situación del plástico en el mundo es:
En la década del ’70 las bolsas de plástico eran una rareza. Hoy están omnipresentes en todo el mundo. Se encontraron bolsas de plástico en el fondo de los océanos, en los casquetes polares y hasta en la cima del Monte Everest. Con los 8 millones de toneladas de residuos que acaban en los mares se podría cubrir 5 veces la superficie de la isla de Manhattan, según la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Hace pocos días el Director de Naciones Unidas dijo que ya hay más micro plástico en los mares del mundo que estrellas en nuestro cielo. En las costas argentinas se encontraron tortugas, delfines franciscanos (o delfín del Río de la Plata), peces y aves con plástico en su estómago. Y esto no puede seguir siendo así. Las botellas de bebidas son el desecho plástico más común en el mundo. Se calcula que en poco más de una década la producción de plástico podría duplicarse. Así.
Ante este panorama tenemos que replantearnos ya mismo, de manera global e integral la forma en la que producimos, usamos y gestionamos los materiales plásticos. Debemos actuar en un contexto de economía circular: esto es, devolverle al circuito, como recurso, lo que para mucha gente es sólo basura. Cuando se termina su vida útil, los plásticos son un recurso. Y en la ciudad de Buenos Aires lo entienden así.
En el Centro de Reciclaje de Villa Soldati hay 6 plantas de tratamiento de residuos que los recicla. La planta de reciclaje de PET trata 10 toneladas de residuos de plástico por día. Además, tienen puntos verdes a los que los vecinos pueden llevar sus reciclables limpios y secos, y cuentan con 5 mil recuperadores urbanos que juntan y disponen lo que para muchos es basura pero para ellos son recursos. Buenos Aires es una de las ciudades con mayor tasa de reciclaje de Latinoamérica. Hoy prácticamente todo es reciclable y recuperable. Entonces, es inconcebible que en el mundo se forme un mar del plástico, con bolsas y botellas, como el que vemos aquí.
