Tengo un solo enemigo y soy yo mismo.
Las circunstancias, los prejuicios:
son sólo excusas que interpongo entre vos y yo.
El tiempo te aleja de mi lado
y no soy capaz de correr a buscarte.
Al verte, permanezco callado
en lugar de decir a gritos lo que me pasa.
Te quiero. Te quiero mucho más
de lo que diga una vulgar palabra.