Detrás del vidrio puedo alcanzar
otros ojos que claman piedad
que piden comida
hoy los vi
eran cuatro
La nena se acercó para golpear
al espejo deformado
solo yo podía verla
Me regaló una sonrisa
hasta que un golpe la sacudió
y me sacudió
eran tres
Regresan siempre alguien dijo
a buscar la sobra
aunque detrás del vidrio
no puedo escuchar el rumor
el crujir de las tripas multiplicadas
por un hambre de días
que no reconoce
ni cuerpo
ni mucho menos
alma