Sé quien soy, sé que soy,
sé donde voy, aunque el camino sea sinuoso,
y de vez en cuando , tropiece con alguna piedra;
sigo adelante.
Sé que soy la calma de tus tormentas,
la paz de tu espíritu indomable.
puedo ser el angel de tus demonios,
la luz de tus sombras;
puedo ser el cielo, la felicidad de tu desdicha.
Al fin, fuí el espejo de tu dolor;
un rayo en la noche, reflejado en tus ojos.
Quise, y no pude ser tu estrella.