Lucía hace tiempo intenta evitar que su familia pequeña se diluya, y finalmente desaparezca y quede en la historia. Que quede la creencia de que aquello que fue tan lindo, ellos que se querían tanto, que criaron unos hijos tan lindos, se convierta en pasado. Ni siquiera en un mito. Ella piensa que somos tan pequeños en este mundo y estas ciudades que habitamos tan grandes que no existimos mas que para unas cuantas personas.
Pero volviendo al tema de cómo evitar que la familia se diluya… considera que solo si logramos habitar vínculos seguros, podríamos ver posibilidades y entender el significado de resignificar. ¡Entender los vínculos como algo complejo! Es como prepararse para un camino de trabajo. No imaginar que es simple y entonces alcanzar la frustración en la primera confusión o entredicho. La frustración y los desencuentros son parte del camino. Las condiciones no logradas, los deseos contrariados, los sentimientos escondidos nos debieran predisponer al desafío de volver a entender qué podemos hacer.
Indagar sobre los vínculos y hacernos preguntas nos puede ayudar a caminar por nuevos senderos. ¿Qué esperé y no sucedió? ¿Qué me produjo tal o cual emoción? ¿Qué respondí sin escuchar? ¿Qué juicios tengo que no me permiten la escucha del otro? ¿Qué preguntas evado? ¿Qué verdades considero absolutas? ¿Qué representan los vínculos que habito? ¿Qué significa esperar que un vínculo sea incondicional? ¿Qué debe cumplir un vínculo para sentir que es incondicional? Si las personas como dice Heráclito somos como un río… que cambia todo el tiempo… cada vez que entramos al río ni nosotros ni el río ya seremos iguales al salir, entonces ¿porqué pensar en vínculos estáticos? ¿Porqué sostener los juicios eternos que tenemos del otro? Vos siempre querés tener la razón. Vos nunca hablas. Vos siempre evadís. ¿Vos siempre querés hacer lo que querés? ¿Vos no escuchás? Con vos no se puede hablar. Vos no sos el centro…
¡Y así estamos llenos de juicios! Llenos de propias interpretaciones. Encerrados en verdades que consideramos imposibles de cambiar. Y nuestra mente también convencida de que son verdades absolutas! ¿Ahora cuáles son las verdades más profundas del ser? Se pregunta Lucía. Esas verdades por las que hacemos lo que hacemos bien o mal… como puedo o cómo me sale… pero hago… ¿Esas verdades que podría ser también personas que no quiero perder? ¿O elijo no perder? ¿Qué hago por eso? ¿Qué hago para no perderlas? Siempre pensando que somos seres sociales y necesitamos de un otro, con quien construimos nuestras realidades o nuestras vidas.
Considerando que no guardamos resentimientos y enojos . ¡Que aceptamos y perdonamos en pos de algo más grande que nosotros mismos, nuestros vínculos! También Lucia siente que establecer un encuadre de la realidad, conversar de lo que se siente, y no de lo que se piensa es el comienzo del camino para re significar los vínculos. Ella describe un cambio vincular que se podría comparar con un movimiento de la capas profundas de la tierra, algo así como un terremoto… Su familia quedó aturdida como si la naturaleza los hubiese sacudido, y con las herramientas que cada uno tenía hicieron lo que pudieron.
Se imaginó un escenario de terremoto y sucesivas imágenes se vinieron a su cabeza. Situaciones cómo buscar refugio en otra casa o decidir quedarse en la casa porque no parece tan afectada o buscar nuevas alianzas que sostengan emocionalmente porque en definitiva hay un duelo de algo… Y en ese contexto de sufrimiento que cada uno vive se desarrolla un vivir personal. Una necesidad de salir al mundo para sobrevivir, una necesidad de seguir cumpliendo responsabilidades y alcanzar metas trascendentales. Por lo cual consciente o inconscientemente hicieron una redistribución de energías para seguir, salir, cumplir y volver a la casa que sigue ahí pero, afectada por un terremoto aunque no parezca.
La casa tiene cimientos muy sólidos. La construcción es fuerte y soportaron las columnas y los ladrillos el cimbronazo. Otras ya se hubiesen caído. Pero, las paredes no lloran, aguantan y sostienen. ¿Eso puede ser bueno o malo? Depende. Es malo porque parece que todo sigue igual. ¿Puede ser bueno? ¡Si! ¡Si podemos re significar la oportunidad que les dio el terremoto! ¡Única! ¡Pocas casas lo permiten! Lucia pensaba en la metáfora de la casa. Le resonaba mucho como así también pensaba en el cuerpo. Un cuerpo que se enferma. ¡Serían pocos los pacientes que podrían resistir una crisis sistémica tanto tiempo!
¡¡¡Y es ahí donde preguntas importantes aparecen!!! ¿Por qué resiste esta casa? ¿Porqué resiste este paciente? ¿Qué mensaje no estamos eligiendo ver? ¿Cuál es la ceguera? ¿Qué están haciendo los miembros de la familia? ¿Cómo están siendo hoy? ¿Por qué eligen seguir sufriendo? ¿Cómo se cuidan? ¿Cómo se registran unos a otros? ¿Dónde están sus intereses principales? ¿Están pensando cada uno en sí mismo para sanar y estar bien en sus vínculos? ¿Piensan en el sistema enfermo? ¿Piensan que los vínculos son complejos y que son una construcción?
¿Lucía siente que los órganos del sistema se traicionan para sobrevivir sin pensar que al final todos pueden morir? ¿Estará en lo cierto? A veces las visualizaciones ayudan a la mente a soltar viejos modelos… Es entonces que elije visualizar ese sistema, paciente o casa vital, fuerte, diferente… con nuevos acuerdos… ¡Los acuerdos requieren de transparencia, verdad, compromiso, capacidad para ceder y aceptar al otro… en pos de algo mayor! ¡Algo superador! Es necesario cuidar y cuidarse.
¡Lucía elije no visualizar todo roto! Siente que hay alianzas inconscientes entre aquellos órganos más afines… Siente qué hay caminos más simples que algunos usan. Pero, sabe que no son los caminos que abren posibilidades. Sino que las cierran. ¡El sistema debería ir por lo grande lo trascendental? ¡Sabiendo que asumen riesgos! Que el miedo puede estar haciendo su trabajo… ¡El miedo mata al amor! Sabe que si ponen la mente en el corazón se producirá el milagro. ¡Solo un corazón abierto despierta la compasión… la posibilidad de ver al otro con los ojos del amor! ¡Aceptarlo y amarlo desde la diferencia!
La pregunta es están dispuestos en esa familia a crear puentes nuevos… puentes qué comuniquen de manera abierta y honesta. ¿Abrir conversaciones nuevas? ¿Poner en palabras nuevos compromisos? Que no existan los : “Ella y yo”, “las críticas por atrás”, “los silencios que hablan”, “las mentiras blancas”, “no sé”, “no lo vi” , “estás re loca” “clarooo vos siempre querés tener la razón” , “las encerronas sin palabras”… “el invisibilizar al otro”… ¿Pueden cambiar? ¿Están dispuestos? ¿Están dispuestos sin garantía de éxito a poner lo mejor de cada uno? ¿Pueden recuperar los abrazos verdaderos? ¿Los te quiero? ¿Los te amo? ¿Los acá estoy? ¿Los te lo compre porque sé que te gusta? ¿Lo busqué para vos? ¡Los buen día! ¡Los buenas noches! ¡Los te extrañe! ¡Los vemos una peli? ¿Los me gustaría? ¡Los te escucho! ¿Pueden volver a las palabras que crean realidad y dan paso a los hechos ? ¿Solo capaces de entrar al mundo del otro para sanarse como familia?
¡Lucía cree que sí! ¡Está convencida de que tienen el poder para hacerlo! ¡Está convencida porque sabe que no es una fantasía! Está convencida porque el amor es incondicional. El AMOR ES LA EMOCIÓN FUNDADORA CAPAZ DE RESIGNIFICAR, CREAR PUENTES Y BAJAR MUROS.