“Con el tiempo todo…”
se va acomodando.
Se acomodan: las estrellas en el cielo
los barcos en el puerto
los sentimientos que se tienen por aquella persona
se acomodan los horarios, los estantes, hasta las luces que se ven lejos
los autos en el estacionamiento
y las maquetas de muestra para esa nueva Expo
los sonidos que se escuchan en el viento
las ropas recién guardadas en los cajones viejos
mi voz cuando con ella me reencuentro
los colores en el cielo cuando cambian los reflejos
las milanesas de mi vieja que se apilan y un montón de perfectos azulejos
una valija en el fondo del maletero
una sortija en ese dedo pequeño
los faroles de la esquina, el asado en la parrilla
montones de libros según el alfabeto
las pantuflas en el botinero, los relojes en el alhajero
mi sonrisa con la tuya
las miradas que dejan perplejo
una almohada, un tubérculo,
mis pelos que se dejan llevar por el viento
las fotos, los recuerdos,
los milagros que nadie dice pero que son ciertos
los platos y los cubiertos
las ideas en el cerebro
las tinajas en los antiguos sepulcros de los muertos
la postura
las puertas de acceso.
La inundación que encuentra el espacio para seguir corriendo
mis amigas al llegar a mi casa, y se acomoda la mente cuando hago esto.