En la décima jornada de la Filros 2022, Juan Sasturain, Ana María Shua, Flor Balestra y Horacio Vargas se dieron cita para compartir anécdotas y reconocer al querido y talentoso artista rosarino.
El auditorio Angélica Gorodischer queda vibrando de las múltiples charlas anteriores y mantiene esa energía sostenida. En la jornada número 10, a tan solo un día de finalizar la Feria Internacional del Libro Rosario 2022, las palabras vuelan por toda la explanada, se escapan por la peatonal San Martín y se expanden a toda Rosario.
Entre los comentarios de las miles y miles de personas que transitaron y transitan por la Filros 2022 se escuchan frases tales como: “Qué alegría que haya eventos así”, “Encontré el libro que buscaba”, “Nos encontramos en la Beatriz Guido”. En el centro cultural que lleva su nombre, Roberto “Negro” Fontanarrosa está ahí, escuchando la cotidianeidad, las voces populares y traduciendo ese lenguaje a través de su arte.
Se prenden las luces del auditorio y se ve a Roberto niño aparecer en el fondo de la pantalla. La prueba de sonido deja escapar algunas frases sueltas de una entrevista que le hicieron hace un tiempo, dando pie a un homenaje que, en nombre de toda una ciudad, la Feria del Libro Rosario le hace a uno de sus más queridos e insignes artistas.
El primero en hablar es Horacio Vargas, que además de periodista es el biógrafo oficinal del “Negro”. Ambos se conocieron en una revista denominada Risario, donde Fontanarrosa publicabas viñetas, y esa amistad continuó por Rosario/12.
Vargas accedió a los archivos personales y eso no solo le permitió escribir un libro sino también compartir imágenes inéditas durante la charla y anécdotas de infancia. Los presentes se enteraron, por ejemplo, de que su apodo nació en ese entonces, y que tuvo un perro llamado Hugo, en honor al historietista italiano Hugo Pratt, y otro de nombre Mendieta, donde sobra la aclaración.
La imagen de homenajeado jugando “en la amplia terraza del departamento de calle Catamarca y Corrientes” es recurrente en el relato del periodista, quien va desgranando sutilezas de infancia que, tiempo más tarde, se convertirían en hitos.
Por su parte, Flor Balestra, reconocida dibujante de la ciudad y colega de Fontanarrosa, dice que fue como un padrino para ella porque siempre la recomendaba y abría puertas en un mundo más que masculino. Cuenta la anécdota cuando la invitaron a participar de una muestra que se llamaba ‘Mujeres dibujantes’ y eran 16 hombres y ella. El “Negro”, al ver esta situación, le dijo que deberían haber cambiado el título y ponerle ‘Mujeres rosarinas y Flor’.
“Era un tipo compulsivo del dibujo, a pesar que decía que no era buen dibujante. Tenía una mirada aguda y mordaz sobre los estereotipos argentinos. Era una mosca para captar todo alrededor y en la Mesa de los Galanes sacaba material”, explica Balestra sobre la personalidad de Fontanarrosa y agrega que tenía debilidad por las complicaciones, una mirada despiadada a través de las cargadas. Considera que mezclaba el absurdo con algo de ciencia ficción. Un cruce entre la realidad y el disparate como sólo él sabía hacerlo: “Había ternura en su irreverencia”.
En tanto, Juan Sasturain, escritor, periodista, guionista de historietas y conductor de TV, reconoce que nunca lo conoció personalmente pero que es un gran lector y admirador. Durante la charla hizo un repaso de las distintas revistas de historietas de la Argentina a través del tiempo y cómo cada una marcaba una impronta. “El Negro participó de todos esos registros. Usó los medios populares de su tiempo y los inventó. Su temática se convierte en universal a partir de lo local. Él hizo reír y eso suele ser algo que se menoscaba porque . Sin embargo, Fontanarrosa tenía un registro de mucho rigor, no tiene chistes malos. Se caracterizaba por su alto nivel de creatividad y capacidad para la rutina. Era muy laburante y exigente. Hizo 12 de libros con 25 cuentos cada uno. Hagan la cuenta. Tiene 10 que aguantan cualquier antología de la literatura argentina”, argumenta entusiasmado.
Ana María Shua, escritora, tampoco fue su amiga pero lo conoció, según sus dichos, de la mejor manera que se puede conocer a un escritor: leyendo. Dice que para la charla pensó en hacer un análisis literario sesudo pero pensó que Fontanarrosa seguramente se reiría si estuviera presente: “Él decía que no aspiraba a Premio Nobel sino que se daba por muy bien pagado cuando alguien se le acercaba y le decía «Me cagué de risa con tu libro»”, señala y explica que releyó algunos cuentos y se dio el lujo de llamar a las musas, pero no a cualquiera, si no a las del Negro, que le pidieron café, ella accedió y pudieron avanzar. Como esa tormenta de ideas no llegaba a ningún lado, decidió copiarse, trajo frases que otros autores expresaron sobre el homenajeado y con el público fueron armando otras.
Shua cruza los límites, se atreve a desafinar las palabras del Negro, admite que algunos de sus cuentos no le causaron gracia y afirma que él estaba equivocado con su objetivo porque, sin dudas, algunos relatos son para el Premio Nobel. “Todos queremos a Fontanarrosa pero lo más importante es que él nos quiere a nosotros, los argentinos. Sabe de nuestros pecados, los comparte y perdona, y si él nos quiere es que algo bueno debemos tener. No sé si he sido clara”, cierra parafraseando al querido humorista.
Para finalizar el encuentro y ya entre risas y lágrimas, procesión a la que Fontanarrosa estaba más que acostumbrado, se proyecta un video de una entrevista que ofreció para el programa ‘Los sietes locos’ que se trasmite por la TV Pública. En esa ocasión, la conductora le pregunta qué pensaría que Dios le diría cuando muriera, a lo que el inefable autor rosarino responde: “Llegaste Negro”.
La Feria del Libro Rosario cierra hoy, domingo 18 de septiembre, y su programación no cesa. Se puede consultar el detalle de actividades en rosario.gob.ar
Fuente: Noticias MR