Me atropellan
los segundos que no uso para respirar mi olor
a jazmín
a bebé
a chimenea
a perra muerta
a vieja sucia
a barrio
a chocolate
a mujer sexy
a lo que sea
mi flaqueza que flamea solitaria
anoréxica que no abre la boca para pan
para beso y aleluya gloria a Dios
a otra cosa mariposa o lo que sea
el sudor de las luchas que no lucho
y mi desierto
el esfuerzo que no fuerzo
el espanto que me veo y me deserto
que acuso al mundo a mis padres a mi ex y no me acuso
o lo que sea
me atropellan los segundos que no vivo como viva
y no me muevo
por la sangre que se mueve
el ombligo que me tuerce las arterias
y la lengua
los caminos que no emprendo
los bailes que no bailo en la tormenta
las fechas que se vencen me condenan
la saliva que moja
el sol
de la mañana que despierto aunque no duerma
que escupe al cielo que se cae
y me carga en la espalda las estrellas que no brillan
y se hacen trizas
los planetas que no veo y los nudos enredados
en el corazón que no entiendo ni me entiende
los segundos que no uso para sonreír a esa yo
de pie frente al espejo o en el suelo descompuesta
me atropellan
los segundos que me vuelco
en el fango de mis fallos me revuelco
los dientes que me rompo insatisfecha
las quejas que repito y se hacen piedras
las piedras que trago y me acongojan
las piedras que lanzo y me avergüenzan
los disparos que me arrancan
un miembro u otro miembro y me recortan
la nostalgia de tu muerte sin velorio
los sueños sin pésame
sin respeto por el duelo
y mi llanto en el hombro y por el mundo
la que soy y no refugio
y no absuelvo
me atropella y me abandona
a cada rato
la vida que no uso me abandona me abandona me abandona.