Abrazar mi norte, aunque vaya al sur
Sin ordalías que amenacen
mis manos sentenciado
la intención de expresar.
Abrazar mi oscuridad, mi sol, mis grises.
Sin miedos que repriman lágrimas
y mucho menos la voz.
Abrazar el camino sinuoso,
la cima cercana, la corona de espinas,
los pies lastimados.
Los ecos de palabras sueltas
levantándose del vacío.
Abrazar el reto: crudo, impiadoso
que demandó el recorrido
para lograr la cosecha.
Abrazar el fruto de las ganas,
de las huellas de sangre
que marcaron mi alma
y quemaron mis pies.