Elena ya no elige las esquinas,
sobrevive a las marcas
de la siniestra oscuridad
y encuentra una salida distinta.
Elena quiere sanar las heridas
por eso elige ayudar en libertad,
sin cadenas que arrastrar
con nietxs para cuidar.
Elena y mujeres en actividad
me ayudan a mirar.
¿Quién se pregunta por las mujeres de las esquinas, las que exponen su vida cada noche y mirás con desconfianza porque son “putas”, “promiscuas”, “adictas”? ¿Cómo están durante la cuarentena? ¿Quién las cuida? ¿Qué ley las protege?
Podría adelantar que no hay una ley para ellas, que la mayoría son violadas, asesinadas y olvidadas, que parecieran tener un destino inexorable. Podría…pero la resistencia se impone en las pisadas de Elena, que salió de la prostitución y las drogas cuando degollaron a una compañera en Constitución; que volvió a su ciudad natal, Santa Fe, para crear una organización que ayuda a otras mujeres que se encuentran en la misma situación que estaba ella.
No quiero decirle a las chicas en las esquinas qué deben o no hacer, pero sí decirles que me encantaría verlas en el lugar que ellas eligen para sí mismas. No siento que solamente les estoy llevando un preservativo, sino que tienen una oreja que las escucha, alguien con quien pueden identificarse. Porque ¿quién más que otra persona que estuvo en la misma situación para comprender?
Elena nos cuenta acerca de los inicios y de la organización que preside, llamada “Mujeres en actividad”
Estuve 18 años en situación de prostitución en Buenos Aires, donde viví 23 años y casi en el mismo tiempo fui usuaria de drogas. En el 2005 vuelvo definitivamente a Santa Fe y ya en el 2009 armo la organización. Ya vamos a cumplir 12 años. En Buenos Aires, militaba en AMMAR CTA, nací ahí en realidad como militante, como trabajadora sexual, y bueno…nunca me sentí cómoda con eso y lo fui modificando. Estuve en la Red de mujeres viviendo con VIH y Fundación Buenos Aires Sida. Después de dos años de hacer militancia con la organización Mujeres en actividad, tomé la decisión de escribir un libro que se llama “Yo elijo contar mi historia” y con eso me empecé a sustentar porque no tengo trabajo fijo. Hoy tengo una practicancia en la Municipalidad de Santa Fe, de muy poca plata, pero bueno, me ayuda a pagar las cuentas.
¿Cómo empezaron a organizarse?
Cuando volví a Santa Fe, ya había aprendido a ser promotora de salud, ya había aprendido a hacer recorridas nocturnas, que le llamamos trabajo de campo y todo eso que había aprendido en Buenos Aires quería traerlo acá, que la gente supiera todas las cosas que se podían hacer y que no se estaban haciendo. De hecho, cuando recién armamos la organización, que fue en el año 2009, un 22 de enero con 53 grados de térmica, con un aire acondicionado super chiquito que tenía en mi casa, nos juntamos y dijimos “algo hay que hacer”. Porque lo primero que yo venía y escuchaba todo el tiempo acá es que las amiguitas de mis sobrinas estaban embarazadas, que había violaciones. Yo todavía no tenía muy en claro el tema del abuso sexual infantil, hoy es lo que más trabajo desde hace 3 años a esta parte, me dedico muchísimo a eso, pero siempre obviamente, como fue parte de mi historia, me aboqué a eso. Así que, decidí armar una organización y primero empecé con un poco de familia, vecinos y dos amigos así sueltos que andaban por ahí y empezamos a trabajar. El 22 nos juntamos y el 29 de enero hicimos nuestra primera recorrida nocturna. Nosotras trabajamos con mujeres en situación de prostitución y mujeres y varones trans. Trabajamos mucho con llegar con un preservativo. No tenemos políticas públicas, a nivel nacional ni provincial ni municipal, entonces nuestra única política es un forro, que a veces lo digo y me enojo, pero es lo único que tenemos. Tomamos la decisión de empezar a hacer la recorrida y ahí conocemos a un montón de mujeres. Hoy, año 2020 que no nos juntamos casi nada, hay 20 mujeres que no están más en las esquinas, que han pasado por la organización, que se han empoderado, que han aprendido a hacer otras cosas. La verdad es que estoy super orgullosa de eso. Quizás para el estado es poco, para nosotras es un montón.
¿Cómo se organizan y cuáles son las tareas que realizan?
Nosotras llegamos a ser en total 67 mujeres que nos dividíamos en dos grupos, porque siempre la organización funcionaba en mi casa y éramos tantas que mitad un lunes y mitad un jueves en la vecinal de nuestro barrio, que por supuesto es como nuestra, porque nos aman y nosotras también amamos a nuestra vecinal. Hicimos nueve campañas “abriguemos a los niños”, donde las últimas tres, inclusive la de este año que no fue tan masiva por la pandemia, juntamos ropa de abrigo, armamos unos bolsones, como ropa de mujer (lo que toca toca porque es lo que nos dan), frazadas, zapatos, medias. Siempre hay gente que nos dona dinero, y entonces hacemos la campaña del abrigo, les llevamos un bolso bien grande, con ropa de mujer, de niña, de niño y después se la intercambian entre ellas y algunas la llevan al trueque y la cambian por mercadería. Cada vez que tenemos algo que nos donan, llamo y las primeras que vienen, vienen. Y hacemos un trabajo muy lindo, hacemos los talleres en la calle. Nosotras trabajamos mucho con la población prostitución, entonces a veces, losmaridos o fiolos, maridos como les llaman las chicas, porque no les podes decir que no los llamen así pero son sus fiolos, les impiden un poco venir y entonces algunas dejan de venir y otras logran empoderarse y quedarse. Eso para nosotras es un triunfo hermoso. Después de esta pandemia nada va a ser igual, pero veremos qué pasa el año próximo, porque este año está casi perdido.
¿Cómo viven la situación de pandemia desde la organización? ¿Qué problemas encuentran?
En plena pandemia están paradas en las esquinas como para seguir siendo violentadas por el hambre y la necesidad y esto va para peor, no va para mejor. Además, lamentablemente, cuando se habla de reglamentar la prostitución, de que sea un trabajo y estamos todos felices, porque las chicas “trabajan”. Nosotras ahora vamos a lanzar una campaña, pidiendo alimentos no perecederos, porque hay mucha gente amiga para darle un bolsón más a las chicas, porque la Municipalidad nos da un bolsón por mes, ¡por mes!. Un kilo de arroz, un kilo de harina, una yerba intomable, un tomate que no se puede comer, un aceite mezcla que bueno…lamentablemente cuando uno no tiene lo acepta, pero la verdad es que es decadente las cosas que dan y ¡una vez al mes! Entonces las compañeras que tienen tres hijos, en dos días se les termina todo. Aparte es un arroz y un fideo y un tomate. Entonces ahora vamos a lanzar una nueva campaña, tranqui.
¿Trabajan junto a otras organizaciones?
Si, trabajamos con algunas organizaciones, no siempre, porque nos apegamos a alguna actividad que hacen las demás o se suman ellas a las nuestras. Por ejemplo, nosotras tenemos un comedor comunitario, que trabajan asistentes sociales. Hay una red interbarrial pero yo me alejé un poco, cuando empecé a viajar mucho y las compañeras no se enganchaban mucho con lo que estaban trabajando. La vecinal se llama “Vecinal Villa del Parque”, el Centro de Salud que se llama “Cristo Obrero”. Trabajamos muchísimo la prevención, hacemos talleres de concientización, trabajamos la Educación Sexual Integral Infantil y reproductiva, y todo lo relacionado con la prostitución, la trata y el uso de drogas y demás. Acá también hay otra organización que se llama “Generar” que es abolicionista, que trabajamos también en conjunto. Yo trabajé muchos años haciendo capacitaciones para el “Conin Santa Fe” y en el “Foro Santa Fe contra la trata”, que se encarga de rescatar a niñas secuestradas, que acá sucede como en todos lados, todo el tiempo. Después con organismos estatales, que una va para poder informarse en lo que a veces dicen que están haciendo pero no lo hacen. Me gusta mucho participar de esos espacios porque escucho a concejalas y concejales, diciendo “estamos haciendo esto y esto” y yo le pregunto “en qué barrio” y cuando me dicen el barrio, les digo que no, que yo estoy en ese barrio o nuestra organización que tiene una mujer en cada barrio, y a veces, no sucede. Es como para que dejen de soñar que hacen cosas como Estado y no la hacen.
¿Existe alguna ley que las proteja, que defienda sus derechos?
No, acá no hay leyes en Argentina, que defiendan a las personas prostituidas, no hay políticas públicas y no hay ninguna cosa, más que pequeños programitas que no aportan demasiado, que tienen 3000 pesos, 5000 pesos que duran dos o tres meses y nada más. Las cooperativas siempre son fracaso, porque el Estado cuando va cambiando de gobierno cada cuatro años, esto se cae otra vez. Así que, por ese lado, no tenemos absolutamente nada, es la voluntad de muchas mujeres que hacemos que otras empiecen a pensar y salir de esa situación, de las que pueden.
¿Qué te puede enseñar una puta?
En abril estaba por dar una charla en una librería, en la ciudad de Santa Fe y vi que una señora mayor que iba a asistir a la charla, se encontraba con una amiga que estaba en la librería para comprar un libro. La señora mayor le comentó a su amiga que iba a escuchar una charla sobre prostitución. La amiga le contestó:”Pero qué te puede enseñar una puta de la calle que lo único que hace es mostrar el culo.
Podría decirle a esta señora lo maravillosa que es Elena, la fuerza que la impulsa. Hablarle de sus sueños, de sus nietes, de “Mujeres en actividad”, pero eran dos amigas que se encontraban en una librería, y de algún modo las unía el interés por la lectura. Y entonces…me gusta creer que los libros de Elena llegan como mensajes a los ojos más abiertos, pero también a lxs que no aprendieron a mirar. Ella nos cuenta sobre sus dos libros editados y un proyecto en camino con las entrañables mujeres de “La Legüera Cartonera”.
Mi primer libro se llama “Yo elijo contar mi historia”, el segundo libro “Después la libertad”, aunque nadie es libre del todo, pero bueno, yo me libré de las drogas y de la prostitución y del alcohol y de todas esas cosas, que el relato está en el primer libro, que es un crudo y está muy interesante para trabajarlo en colegios. El segundo libro, es mucho más para colegios porque tiene muchas cosas que tienen que ver con la Educación Sexual Integral, que estoy trabajando hace más de tres años. Tengo un instagram que se llama “Yo elijo_despuéslalibertad” y mi correo electrónico yoelijocontarmihistoria@gmail.com Esos son los dos libros míos personales, después tenemos el proyecto con las chicas de la Legüera que bueno…por esta pandemia tuvimos que cancelar, pero tenemos algunas tapas y demás. Será un libro sobre nuestras historias.
A través de los libros, Elena quiere llegar no sólo a las mujeres y hombres adultes, sino también a les niñes.
Lo que hago con mis libros es hacer empoderamiento, que las mujeres, hombres, niñas y niños, puedan elegir. En el caso de los niños, digo siempre, de la única manera que podemos elegir es estudiando, porque ahí una conoce los derechos, conocer de qué manera podemos defendernos ante la adversidad de la vida. Yo, por ejemplo, mi papá no me dejó ir al colegio, él tomó la decisión por mí, mandatos patriarcales, donde dijo:”usted se queda a cuidar a su hermana y punto”. Mi mensaje en los libros es que estudien, que es la única manera que podemos empoderarnos, elegir, conocer nuestros derechos y el mensaje es “con mi historia podes no llegar a la prostitución, podes no llegar a las drogas, podes no llegar a ser una niña violada, abusada como fui yo, ultrajada. Porque la verdad es que, cuando empiezan a pasar los años, en vez de cada día estar más sana por lo sucedido, una se encuentra muy herida. En estos tiempos de pandemia, fue mucho peor porque nos metemos en las redes y salen cosas terribles y una vuelve a esos ocho años y bueno…es muy desgarrador. Entonces, por ahí si tengo tiempo y estoy en una primaria o secundaria, que ya son los últimos años, que defiendan a sus hermanas, a sus primas, a sus amigas. Es un libro para pensar mucho cómo podemos ayudar al otro, de empoderamiento.
Los sueños de Elena
Tengo un problema: vuelvo a los 8 años permanentemente, es un año que me marcó. Muy poco antes de cumplir mis 9 años, mi mamá se prendió fuego y posteriormente murió (un 12 de abril). Yo cumplía 9 años a los poquitos días (el 19).
Una condena que la marcó a los 8 años, donde siempre vuelve como buscando una respuesta. Su madre, víctima de violencia de género por parte del padre de Elena, padecía de Leucemia y no aguantó más, “se prendió fuego” y al hacerlo, la vida de la pequeña y de todos sus hermanos quedó en llamas durante muchos años. Un día, Elena, empezó a desear algo distinto. Ya no se prende fuego, ahora sueña.
Mi sueño es inmenso, es que haya una casa muy grande, con un comedor recibidor, tres habitaciones, para tener en una pieza una máquina de coser, en la otra un horno pizzero y hacer cosas para vender, otra que tenga computación, hasta que cada una empiece a ver cuál es su objetivo. Ese es mi sueño, armar una pequeña cooperativa. También habíamos pensado en el sublimado. Tenemos muchos sueños, tengo muchos sueños. Hay años que me canso un poco, porque emprendemos algo y el Estado siempre te tira para atrás, porque es el colectivo que menos quieren escuchar. Toda la gente me dice:”qué bueno, pobrecita lo que pasó Elena”, me palmea la espalda y ya está, y esto va mucho más allá. Hoy se vienen por nuestras niñas, y tenemos que hacer la prevención y no se está haciendo, no se está respetando la educación sexual integral. Pero tengo sueños. Primero que soy muy feliz, a pesar de todo lo que viví, tengo 4 hijos maravillosos, 5 nietos de lo más. Soy una abuela super chocha, super feliz, amo a mis nietos. Tener vida para verlos crecer, mimarlos más y amarlos más también.
Quisiera preguntarte también, si hubo alguna situación y/o persona, que te ayudó a salir de la prostitución y de las drogas, que te sostuvo en aquél momento.
Por allá por el 2003-2004, después de la gran inundación que hubo acá en Santa Fe, me entero que iba a ser abuela. Pero primero pasó algo en Constitución que fue algo penal, no lo pude poner en el libro tal cual fue, pero degollaron una chica delante mío. Nos fuimos todas, porque el problema no era con nosotras sino que la chica había hecho algo con un transa, que es el que vende drogas. A partir de eso, empecé a volverme a mi ciudad natal, Santa Fe y casi en menos de un año, me entero que iba a ser abuela. Así que dije con mis hijos no pude reparar muchos daños que han ocurrido, pero con mis nietos, no quiero lo mismo. Con mi primer nieto Ignacio fue “¡basta, se acabó!”, empezar a pensarme, a hacerme respetar y a dejar todo ese mundo de oscuridad que viví.
Para finalizar, preguntarte de qué manera se puede colaborar con la organización. ¿Qué ayuda necesitan?
No tenemos todavía la personería jurídica al día, porque nos hacen falta 12.000 pesos para ponerla al día, y la verdad que este año no hubo muchas ganas. Siempre nos prestaron otras instituciones. Con lo que se pueda colaborar, ya sea con profesionales, como psicólogas, que nos ayuden a pensar en otras estrategias. Si bien tenemos muchas, se diluyen en el tiempo porque es difícil llevar un grupo. Todo tipo de colaboración que se pueda, por ejemplo no tenemos una computadora, hoy no tenemos nada, porque todo lo que nos han donado ha sido viejo y se ha deteriorado más rápido.
Elena puede mirar atrás y correr los fantasmas que la habitan. Elena me enseña, nos enseña, a prevenir el dolor de ver despedazada tu dignidad en una esquina, una noche cualquiera. Estas son las historias de mujeres invisibilizadas, eslabones de una cadena de amor. Las mujeres que resisten, escriben su historia y se reinventan en la historia de otras para volver a nacer.
Para contactar a Elena y a “Mujeres en actividad”
Instagram @Yo elijo_despuéslalibertad
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Fuente: https://noticiasancap.org/