Juan Botana leyendo poemas junto a Ana Kuchinsky, Silvia Quiroga (Concordia) en el 3er Congreso de Escritores Latinoamericanos “Las Dos Orillas” en Concordia, Entre Ríos.
ESTABA
Estaba
por eso miraba
pero no la encontraba
y entonces soñaba
soñaba que estaba
estaba y no estaba
por eso dudaba
y entonces miraba
soñaba que estaba
en un blanco profundo
de verde hoja seca
de naranja escarcha
de azul a tu lado
de verde manzana
de gris con escamas
golpeando a la puerta
jugando en la plaza
la plaza sin lengua
sin lengua que me habla
me dice al oído
no fueron robadas
las muñecas rusas
que entonces guardaba.
Pero entonces estaba
por eso miraba
pero no la encontraba
y entonces soñaba
soñaba que estaba
estaba y no estaba
por eso dudaba
si no fuera por la pieza
apenas pintada
si no fuera por la ropa
tendida en la cama
soñaba que estaba
colgando en la soga
subiendo a la hamaca
la soga que ahoga
que tensa que rota
que rota el silencio
el silencio que llama
el miedo que estaba
que no terminaba
de soñar un sueño
que no despertaba
ni con agua en la frente
ni con bofetadas
pedir que termine
por eso miraba
las muñecas rusas
que entonces guardaba.
Pero entonces estaba
pero no la encontraba
y entonces soñaba
soñaba que estaba
estaba y no estaba
por eso dudaba
y entonces soñaba:
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
soñaba
…. soñaba que estaba
subiendo a la hamaca
tendida en la cama
golpeando a la puerta
un verde manzana
jugando en la plaza
sonriendo a mi ojos
que entonces miraban:
miraban
miraban
miraban
miraban
miraban
miraban
miraban
…. la pared de la pieza
la ropa colgada
las muñecas rusas
que entonces guardaba.
LLAMADO DEL RÍO
Río es aquel que huye del río
hilados de cobre sobre el río miro
la muerte en un silbido frío
que no moja
recuerdo cuando de chico corría
por un campo brillante pejerreyes
heridas flotantes entre fueyes peces
de un acordeón marrón azul sonando
de Tres Arroyos a Corrientes por Bahía
Pergamino corría
La Pampa sin su sol
y sin querer el fuego palidece
ese temblor
y la pleamar de la montaña sana
la maraña de gorriones en la tarde
arde
su pesar
los árboles podados con el viento
siento
y es la noche que atrae a los fantasmas
no me duermo
grito o bostezo quemadura
hambre
la orilla del río hacia mi playa vuelve
y estoy solo
en la noche siempre uno está solo en el reflejo
dolo
de saberme que no estoy
en la balanza
en la vejez
en la templanza
la temperatura del agua está más fría
me dijeron que venían a buscarme
pero ni siquiera veo pescadores
y si el río es lo que amé de eso se huye
pero seguirlo sería hasta imprudente
si a mi edad hasta me quemo con el mate
fluye
fluye la mente y se va
de frente a frente
cuando la cabeza y el ajedrez no son lo mismo
y los árboles ya no crecen con el agua
sus raíces no brotan por el aire
asfixiado de la pieza
al centro no voy desde hace tiempo
pero si me quieren llevar iré a la playa
donde la noche golpea todavía
que de noche arrancaba hasta las flores
olores
de llover
me voy
el río está al volver
me voy
pero si aún no vienen a buscarme
ya me olvidé
me voy
si no era tarde de río para irme