La lluvia cae en mi ventana
despertándome cada mañana.
La lluvia bendita que derrama agua
en el techo de mi casita, como si fuera agua bendita.
La lluvia que me invita una vez más
a no querer levantarme de mi camita.
La lluvia tan fuerte triste y solitaria
moja el vidrio de mi claraboya
y a mi mente viene la imagen del rostro
de una persona llorando, pelando una cebolla
