Mi hermano vendía huevos
los traía del campo un terreno chico un lotecito
tenía gallinas ponedoras
la familia los amigos el barrio y yo solíamos comprarlos
buen precio buenos huevos qué más
con las ganancias adquirió más gallinas dos o tres pares
las alimentó más y mejor
mejores y más huevos qué más
un día
en el galpón desocupado frente a mi casa abrió un supermercado chino
la familia los amigos el barrio y yo empezamos a ir
había de todo también huevos claro
pero más baratos
si mi hermano nos daba seis el vecino ocho
así fue que dejamos de comprarle
ya les conté el supermercado era más cómodo y barato
él debería entenderlo también
sin embargo creo que se ofendió
ya que las últimas veces que fuimos de visita hablaba poco
en verano el tanque de agua estaba seco
en invierno no encendía su hogar
y ya no nos ofrecía los frutos de sus árboles
algunos pequeños arbolitos que compartía con nosotros
un día ni siquiera salió a abrirnos la tranquera
claro está que entonces los ofendidos fuimos nosotros
y dejamos de visitarlo
pasado el tiempo se me ocurrió volver al campo
disfrutar la perspectiva ver a mi hermano
abrí la tranquera
caminé
vi entonces que de los árboles colgaban apenas 2 o 3 frutos
recorrí un poco el lote despoblado
comprobé que las gallinas ya no estaban
golpeé la puerta de la casa y salió mi hermano
dándome una palmada potente un fuerte abrazo
que si no fuese porque soy un huevo duro me hubiera roto
hecho añicos contra el suelo
firme
del campito de mi buen hermano
por dos huevos
me insinué tímida atrozmente
por dos huevos.