Virginia da Cunha, de Bandana, publicó una durísima carta abierta en la que se replanteó muchas cosas de su pasado.
En un posteo que combina sensibilidad, reflexión y la más absoluta crudeza, Virginia da Cunha, ex Bandana, habló de la época en la que saltó a la fama, que coincidió con un proceso de autoexigencia por alcanzar los cánones de belleza que impone el sistema.
“44 Kilos. 2001. Eso pesaba a mis 20 años, parecía una nena de 14. Iba a la facultad, practicaba deportes y hacía danza jazz. No paraba, me exigía el 10 en todo y me enojaba si la ensalada tenía aceite de más. Con ese cuerpo, me presenté al casting y quedé elegida. De pronto, millones de niñas y mujeres aspiraban a ser como yo”, comienza la carta publicada en Instagram.
“Mi energía no estaba en mi cuerpo, en la tierra, sino en el aire, en poder seguir en movimiento. Hasta que el mismo cuerpo me empezó a parar a través de enfermedades, pero era mi mente la que debía sanar, mi mirada la que necesitaba transformar”, continúa la cantante.
“Todas las mujeres pasamos por una etapa en la vida donde nos exigimos una ‘belleza’ tan superficial e impuesta, qué linda la enfermedad. Una etapa donde nos obsesionamos con el peso y la forma para no dejar de ser deseadas. Porque nos hicieron creer que esa era nuestra fuerza, pero es una gran trampa”, aseguró Virginia da Cunha, que vio cómo su posteo generó mucha repercusión, especialmente en los jóvenes.
Luego, la carta deja de transitar el camino recorrido y se sitúa en lo que viene, en el futuro inmediato, en el que intentó dejar un mensaje de reflexión para que los jóvenes no se dejen atrapar por las imposiciones sociales.
“El nuevo desafío es el equilibrio. El nuevo poder es el del trabajo interno, la nueva belleza es la del bienestar”, explicó Virginia en su emotivo posteo en el feed de su Instagram, en donde recibió muchos comentarios.
Por último, el posteo de la ex cantante de Bandana finaliza con un mensaje a los jóvenes, para que no se equivoquen de camino y puedan evitar ser absorbidos por lo que ella llama “los moldes impuestos”.
“Elijan con consciencia el alimento y disfruten el placer de cada bocado, muevan el cuerpo, pero especialmente no dejen de habitar la pausa, alimentar el alma y desafiar la mente. Libérense de los moldes impuestos”, cerró Virginia.
Fuente: mdz