Kanfey Ruach: Carta abierta a los pilotos insubordinados

Kanfey Ruach: Carta abierta a los pilotos insubordinados

Itongadol.- Espero que esta carta sea leída e interiorizada no solo por ustedes, los pilotos, sino por todo el Pueblo de Israel, el que vive en Sion y el que vive en la Diáspora. La carta será traducida al inglés y al español por el bien de todos; todos podrán entender por un segundo la magnitud de la hora. Corregiremos la distorsión y se cumplirá en nosotros el versículo «Tiempo de angustia es para Iaacov y de él será salvado». De la angustia crecen fuerzas, las cosas se aclaran y, al final, solo crecemos a partir de ella.

En las últimas semanas, nuestros socios de todo el mundo -EE.UU., Argentina, Australia- me han preguntado si es realmente cierto lo que están retratando los medios de comunicación del mundo: ¿Tzahal está en peligro? Por supuesto que mi respuesta para todos es perspicaz y clara: nuestra nación es más fuerte que la suma de todas sus partes y ciertamente más fuerte que un puñado de personas extraviadas.

El Shabat pasado estuvimos en Eilat con más de 400 personas con necesidades especiales y discapacidades y voluntarios de nuestra organización, Kanfey Ruach. A las 12 de la noche di una charla, a la que asistieron voluntarios, participantes, equipos médicos y técnicos, toda la diversidad de Tu pueblo, la Casa de Israel. Y dije allí, siguiendo la Guemará, en el Tratado de Shabat, y la interpretación del rabino Kook, que un pájaro libre, aun si lo encarcelás, ¡seguirá teniendo una vida libre! ¡El lugar no puede causarle angustia! ¡Sabe quién es, lo que vale y, sobre todo, no puede quebrarlo!

Así como hicimos rappel a pesar de la discapacidad física, las cosas son ciertas en todos los niveles: ¡sabés quién sos y sin importar qué experiencia atravieses, incluso si te encarcelan, te mantendrás libre!

Les dije que en las últimas semanas hay una dificultad real en la nación y tenemos que estar atentos a todas las partes. En verdad. Y ahora estamos a prueba: ¿acaso somos un pájaro común, que cuando hay una dificultad se rinde, o somos un pájaro libre, que aun cuando lo encarcelan es libre! Sepan que todo es bueno y no se puede encarcelar al espíritu. Y lo superaremos juntos. Las cosas son ciertas para el individuo y para la nación en general. La nación sabe que es fuerte.

Si es posible construir una sociedad justa en Kanfey Ruach, donde todos somos iguales, tanto los que tienen discapacidad como los que no. Una sociedad donde realmente se respetan y contienen los unos a los otros, no se objetan las opiniones diferentes ni se deja atrás a quien tanto necesita tu ayuda, entonces con facilidad es posible incluir las diferencias de opinión sobre cosmovisiones, incluso sobre asuntos esenciales.

Pero ustedes, pilotos, cruzaron una línea sobre la cual no se debe gritar, se debe hacer algo. Dejen a un lado por un momento las alas de piloto y pónganse por unos momentos las Alas del Espíritu (Kanfey Ruach).

Y lo explicaré… Soy el director ejecutivo de una organización apolítica, en Israel y en el exterior, y este es exactamente el punto: ¡es apolítica! Está permitido y es importante que tengamos diferencias de opinión, pero hay cosas que son la base, son el fundamento y son la raíz de nuestras vidas, las privadas y las nacionales. Una de ellas son las Fuerzas de Defensa de Israel, las cuales está prohibido perjudicar de cualquier manera, ni por capital político ni por progreso personal.

Cuando doy una conferencia en el exterior estoy orgulloso de mi pueblo, de mi país. Siempre repito aquello de que no hay otro lugar en el mundo con el cuidado y la atención al individuo de Israel. En ningún lugar del mundo hay organizaciones caritativas como en Israel, ni hay guemajim, y por supuesto que no hay lugar en el mundo que tenga tales cosas en estos porcentajes. Soy un padre que deja todo durante casi dos meses al año para comandar una compañía en la Reserva.

¿Y de repente vienen ustedes, con ingratitud y cierta arrogancia, usan lo más sagrado para nuestra nación, que regresó después de 2.000 años de persecución, y lo agitan? ¿Si no hacen lo que les parece, no prestarán servicio? ¿Si en el verano hacen esto y aquello, no serviremos en la Reserva? ¡Es lo más grave de todo!
Hace dos semanas me llamó un combatiente (uno entre 130 combatientes) y me dijo que ya no serviría en la Reserva debido a la reforma y que saltaba del tren antes de que entrara al campo de exterminio. Hablé con él largamente… Le dije que a nivel personal, lo quiero, pero que debía saber 2 cosas.

Y las mismas les digo a ustedes, pilotos: 1) Nos arreglaremos sin vos, todo bien; 2) La nación te demandará y a tus semejantes por su afrenta. Quien condiciona su amor a la nación según sus necesidades no merece servir con nosotros.

¿Y adivinen qué? Dos días después me escribió una larga carta, en la que se retractaba y decía que me entendería si no quería aceptarlo, pero ciertamente me pedía que lo reinstalase como combatiente en la compañía. Claro que lo reinstalé. Le dije que nuestra nación había atravesado demasiadas cosas y que valoraba su integridad y sinceridad. Y que estaba claro que sus disculpas eran aceptadas. Él merece llevar las alas. Las Alas del Espíritu (Kanfey Ruach). Entendió que hay algo más grande que él y que cualquier otro: la seguridad de Israel.
Mi abuelo sirvió en las playas de Normandía, en el Ejército de EE.UU.; la condecoración del Corazón Púrpura y la bandera plegada en triángulo están en mi oficina como muestra de respeto. Llevo el nombre de un piloto que murió en la «Operación X», en la Guerra de Corea. Mi padre y mi madre hicieron aliá solos y estuvieron en el grupo de una población del Golán. Y yo me siento honrado… Vuelvo a decirlo, queridos pilotos: Me siento honrado de ser comandante de una compañía de combate en la Reserva. Nuestra nación siempre ha sido un pájaro libre: en los pogroms, en Yemen y Marruecos, en la Inquisición y en la terrible Shoá. Y sí, aun cuando algunos pilotos nos amenacen con que no prestarán servicio si…, siempre supimos quiénes somos.

Y en la práctica, no soy una persona política. Nuestros participantes en Kanfey Ruach son de todos los sectores. Y nuestra lucha con ustedes no es una lucha política. Quien me conoce personalmente sabe que estoy lejos de estar de acuerdo con todo lo que sucede en el campo político -de derecha y de izquierda-, pero, ¡Tzahal no se toca! Y quien lo toca no tiene un tema conmigo, ni con Kanfey Ruach, ni con este u otro sector, sino con todos los judíos de todas las generaciones cuyas almas nos observan ahora. .

¡No es momento de quedarse en silencio! Por eso, pilotos insubordinados, servidores condicionales, les exigimos: ¡tomen una decisión! O una disculpa pública por el insulto que hicieron, como lo hizo, con gran humildad, mi soldado de Reserva, o una destitución inmediata de Tzahal, con degradación al rango de soldado raso.

Como en la parábola del padre que dice que si su hijo no se comporta como él quiere, ya no es su hijo, habrá aquí una profunda investigación, al final de la cual nuestra nación sabrá que todo el que viste uniforme está dispuesto a defender con su cuerpo y sin condiciones a nuestro amado país.

Pronto reduciremos el ruido de fondo de los insubordinados, y con la ayuda de todos, ciertamente pronto.

Siempre vuestro

Mayor Aharon Zohar (MA 7184180)

Fuente: ItonGadol

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