En el programa “Las Kairós” hablando de literatura junto a María Cecilia Marsili por invitación del Municipio de Lomas de Zamora.
“Sin ojos que los miren son crónicas. Y quizás ahí redondeó todo: la parte poética con la parte parecida al cuento y con la observación en la calle. Son crónicas más sociales”.
“La loca del chango es una persona que vive en la calle. El personaje es una chica, que se ambienta en Valentín Alsina y sufre un abuso, pero trata no. En Pampa es una chica que viene de La Pampa, que tiene una hija y demás, y como tiene una situación que no llega a ser acoso, pero sí de un vigilador de éstos que cuidándola que haciendo que te cuida se tira un lance o están esperando alguna cosa”.
“En Sin ojos que los miren hay una intención. Toda la cuestión de la mirada o de la visión… Yo soy bizco de nacimiento, veo muy poco del ojo derecho, casi no ve. Y yo aprendí a ver entendiendo, con la cabeza. Yo tuve parche hasta los 12 años. Del ojo izquierdo veo casi bien, y con un ojo vos te manejás. Entonces, para mí siempre la vista fue una construcción. Yo tengo un nistagmus muy severo y es como si vieras salteado. A mí las palabras, por ejemplo: papá, ves la p la a no la p y en alguna palabra más grande ves algunas y eso yo armo. Yo aprendí a ver así. El anteojo compensa, tengo dos operaciones de vista y tuve reducación hasta los doce. Pero toda la cuestión de la mirada para mí fue una construcción desde mi punto de vista y además como un logro. Como algo para conseguir. En Sin ojos que los miren lo que hago es intentar mostrar situaciones que creo que la gente le da poca bola. La loca del chango es una chica que vive en la calle, Senegal es un vendedor ambulante, Pampa es una chica que se muda, que vive sola con la hija, que trae una perra, a la perra la violan, podemos discutir el tema de la violación en los animales, si hay violación o no, pero hay una situación violenta, donde participa el cuidador de la garita y contándole, si querés saber cómo fue invitame un café que te cuento. Hay cierto morbo en todas estas cosas. Pero el libro lo que está mostrando es cierta vulnerabilidad de determinados personajes. Y cierta vulnerabilidad que yo veo en la calle sin ningún prejuicio y sin ninguna cuestión hacia el danmificado. Porque vos me vas a decir, en esos lugares en Boca de lobos, que es un texto más político-familiar donde hay una cuestión con los milicos y la policía… Es mentira que yo no tengo prejuicios. Contra la policía si tengo prejuicios. Contra el chico y el padre enfermo no tengo prejuicios. Contra la chica abusada no tengo prejuicios. Contra el cana que se hace el buenito, la acompaña y qué sé yo, si tengo prejuicios. O sea, que es mentira que yo no tengo prejuicios. Siempre estamos hablando del texto, porque yo en mi vida mis posturas no son tan rígidas. Todos somos en algún punto fachos, todos somos en algún punto discriminadores. Todos tratamos y nos esforzamos algunos en ser lo menos posible, pero algunos lo hacen por la plata, otros por la belleza, otros lo hacen por la cultura, pero todos tenemos algún rechazo hacia alguno. Otros lo hacemos porque son agresivos. ¿Y está mal ser agresivo? Para mí sí. Pero a lo mejor, en determinado contexto no. Y es complicado”.
“Leían los textos míos. Textos en absoluto conocidos pero así se hizo una cosa grande. Y así fui haciendo cosas mías, cosas de otros, lo que me daban lo difundía. Yo todo lo que aparece lo voy transformando, lo voy metiendo, le busco la vuelta. Ya se cumplieron 10 años de Recovecos. Y se fueron dando los festivales. Ahora vamos a estar el 20 de agosto en la Sade Nacional, Uruguay 1371 primer piso, de 5 a 8 de la noche, casi siempre hacemos 2 o 3 horas. Y después vamos a estar en el 151 Aniversario de Banfield, supongo que va a ser por Maipú y Alsina. La idea es buscar un lugar en la calle para hacer el festival en la calle”.