Pepo, una vida de rock (De Los Guarros a Andy Chango). Por Juan Botana

Pepo, una vida de rock (De Los Guarros a Andy Chango). Por Juan Botana

Pepo se sentó en la primera fila para escuchar a Los Guarros. Él había conseguido a la banda para que tocara en El Living y quería que todos lo supieran. Encima Javier Calamaro antes de empezar el show aclaró que por Pepo estaban acá. Que lo conocieron en el festejo de los 5 años de la Rock & Pop en Obras. También le mandó saludos de su hermano Andrés y de Coti Sorokin a los que Pepo admiraba.

El concierto estuvo buenísimo. Pepo no tuvo que juntar los vasos durante la hora que duró ni tuvo que ir a vigilar que no pasara nada en los baños. Pero al show le faltaban invitados y es ahí cuando aparece Dany con un conocido de la facultad que se llamaba Diego Frenkel. Pepo no lo conocía, pero parece que tiene una banda por Villa Ortúzar y que le dedicó un tema a un bar de la calle Rodney. Esa que está atrás del Cementerio de la Chacarita. Y que lo subió a tocar junto Javier y Los Guarros.

Y no fue Fidel Nadal, que también cursa la carrera de ciencias de la comunicación en la UBA con Daniel, porque perdió la dirección o prefirió tomarse una pepa antes de salir a tocar. Pero le dio entradas a Dany para mañana sábado en un antro de la calle Bulnes donde va a tocar con Todos tus muertos y tal vez vayan.

Daniel después de cursar semiótica los martes en la facu va a tomarse unos vinos con un ayudante de cátedra que se llama Jorge Telerman y ahí van también algunos jóvenes emergentes de la cultura alternativa. Uno es Fidel y el otro es Diego Frenkel de La Portuaria que estaba frente a Pepo tocando “El bar de la calle Rodney” en una versión rockera.

Todo salió como Pepo quería, pero como siempre tenía hambre de más rock and roll al otro día se fue con Dany a ver a Todos tus muertos. Las entradas que le dio Fidel eran viejas y tenían que pagar y como ellos ese día eran punks y los punks no pagan empujaron la puerta y entraron de prepo con un montón de fanáticos a ver el concierto de rock. Que empezó con “Gente que no”, que después se volvió un himno de la escena punk y terminó con la canción “Represión” para sentar posición de lo que querían y eran.

Después de tanto rock and roll, Fidel terminó en la casa de un embajador que es su papá y Dany y Pepo en la casa de El Rey que también es hijo de otro embajador en Recoleta. Y ahí se acordaron que Javier Calamaro le dijo que su hermano Andrés estaba parando en el Hotel Plaza Francia a la vuelta del Palais de Glace también en Recoleta. Y se fueron a verlo. Y el tipo estaba comiendo medialunas a las 6 de la mañana en el bar del hotel que está afuera. Y cuando lo saludaron les dijo que no tenía tiempo. Que estaba terminando las letras de unos temas para sacar un disco doble que se llamará “Honestidad brutal” y que se fueran.

“Mejor vamos a ver a Memphis hoy a la noche que toca en el sótano de la facultad de Medicina”, le dijo Dany a Pepo. Porque estas bandas no empiezan en River o en Obras. Y cuando bajaron al sótano volaban botellazos de un lado a otro y el recital se suspendió y tardaron media hora en entrar y dos para salir y más de uno con la cabeza rota. Por suerte ellos no.

“No tengo ningún músico para el viernes que viene”, dijo Pepo: “Alejandro me va a matar”. Y estando solo y aburrido en el bar de El Living cuando cierra, se puso a pasar los canales de televisión y vio que en el programa de Mauro Viale estaba un músico que hablaba de los beneficios medicinales del cannabis que se llamaba Andy Chango. Y su parecido con Andrés Calamaro era tal que se fue corriendo al estudio de televisión.

Y Pepo es un paria que le gusta el rock, pero su papá no. Y un productor lo reconoció de la época cuando era chiquito e iba con su padre a los canales a hablar de medicina y lo dejó pasar. Pepo pensó que ya era panelista de rock por eso y desde una tribuna donde lo pusieron le preguntó: “Andy en vez de hablar de las drogas porque no tocás rock & roll el viernes que viene en El Living”. Y casi que lo echan por pasar el chivo. Pero como nadie conocía el lugar y tampoco ningún productor se había percatado que Andy Chango era músico y no un mediático al estilo Guido Süller. Andy se sintió honrado y le dijo que sí. Que podía ir a ese bar El Living a presentar su disco “Las fantásticas aventuras del Capitán Angustia”. Y que muchos le decían que se parecía a Andrés Calamaro y que sus canciones se parecen a las del ex Abuelo de la Nada. Porque el también sigue la tradición de la canción Dylan, como lo hacen Andrés, Coti, Leiva o Sabina. Pero sin tanto éxito porque le gustan más las drogas que el rock. Y al igual que Dany y Pepo se la pasa planeando estrategias para encarar una chica. Pero que su flacura y su altura no ayudan. Tampoco los rulos y ese pañuelito que usa en la garganta para ocultar la merca o parecerse a Boris Vian.

En eso Pepo después de escucharlo, le dijo: “Vos sos genial”. Un día la marihuana va a ser legal para uso medicinal. Yo se lo digo siempre a mi papá, pero él cree que las cosas no se deciden en los medios sino en la academia.

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