Gris Greece. Por Ana María Figueira

Gris Greece. Por Ana María Figueira

Vivo en un país donde los gatos pasean entre ruinas.

Donde nada ha cambiado por siglos y siglos, donde las vidrieras no reflejan los hierros oxidados, ni las columnas dóricas emergen de la desesperanza.

Aquí, algún desconocido, alimenta un gato sin nombre, en una calle cualquiera y lanza monedas a una mujer que se arrastra prendida a una lata… oxidada también.

Donde un esclavo sueña que es Apolo volando en un yet, y una Dafne corre tras un Apolo, no al revés.

Mientras otro gato vive en las meteoras, rezando entre oropeles. Tan alto allí, que no puede ver a la niña de manos pequeñas cosechando copos de algodón.

Esa niña tan igual, tan semejante al desposeído que nació allá, allá lejos, en un lugar de Belén.

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