Goles son amores 4. Por Juan Botana

Goles son amores 4. Por Juan Botana

Después de Gallardo muchos hinchas de River -y lo soy- pensaron que no había vida. Lo mismo me pasó a mí cuando se fue Ramón. Un amigo me preguntó qué expectativa tenía cuando llegó el “Muñeco” y le dije que era un técnico de transición. Cómo me equivoqué. Lo mismo me preguntó un sobrino sobre qué opinaba de Martín Demichelis cuando recién llegó y le dije: “hay que esperar”. Y en realidad hubo que esperar bastante poco. Salvo en los primeros tropiezos en el torneo local queriendo salir jugando de abajo sin tener los intérpretes, después el funcionamiento del equipo se encaminó. Y ganó el campeonato argentino de punta a punta. Y la fase de grupos de la Copa Libertadores le costó. Pero está en octavos y se viene una seguidilla de brasileros si es que pasa al primero. Y el jueves tendrá que jugar con Talleres por Copa Argentina, uno de los equipos que le ganó en la liga y casi seguro será subcampeón. Sin desmerecer al gran San Lorenzo que con pibes y una defensa extraordinaria armó una revolución. Y quizás se lo deba al “Gallego” Insúa que como dicen llegó a Boedo para ser campeón. Y si no sale campeón no importa. Lo que ya hizo con lo que tenía fue gigante. Una vez le escuché decir a “Marquitos” Di Palma que él con el auto de Michael Schumacher no salía campeón del mundo, pero que Schumacher con el de él tampoco. Habría que ver qué haría Demichelis con el plantel de San Lorenzo o Talleres. Porque en River hoy en día todo es más fácil. El estadio está cada vez más lindo, grande y se llena cada partido. Viene de una gestión exitosísima de D´Onofrio-Gallardo y ahora tiene la plata y la habilidad para los negocios de Jorge Brito. La continuidad de Francescolli como director deportivo. Un plantel armado o casi armado por Gallardo, al que se le sumó la explosión de jugadores como Aliendro, Barco y Beltrán y muy pronto de la “Joya” Echeverri. Las ganancias de las ventas top de Enzo Fernández y Julián Álvarez a Europa. Y Martín Demichelis que vino de dirigir desde la reserva del Bayern Münich a la primera de River. Demostrando que un técnico de Europa puede venir a entrenar a la Argentina. Cuando todos pensábamos que iba a ser al revés. Y que Marcelo Gallardo a esta altura estaba dirigiendo a un grande de Europa. Que todos los querían: PSG, Olympique de Marsella, Barcelona, Porto, Leeds. Y en la práctica no fue así. Porque salvo Simeone ningún director técnico argentino ganó un título en las mejores ligas de Europa: Inglaterra, Francia, España, Italia, Alemania, Portugal. No lo ganaron Menotti, Bilardo, Basile, Bianchi, Bielsa, Díaz, Sampaoli, Martino, Passarella, etc. Y tampoco se vuelven locos por contratar entrenadores argentinos los equipos de la élite mundial. Y sí de ligas menores como las asiáticas o las del norte de América, como Estados Unidos o México. Aunque podríamos mencionar otro ex River, como Matías Almeyda, que acaba de salir campeón con el AEK de Atenas, pero en Grecia. Y que empezó como entrenador en River cuando éste se fue a la “B” y desde allí todo fue ascenso para River. Lo que lo llevó a ganar 16 títulos: Final 2014 con Ramón Díaz; Copa Sudamericana 2014, Recopa Sudamericana 2015, Copa Libertadores 2015, Suruga Bank 2015, Recopa Sudamericana 2016, Copa Argentina 2016, Copa Argentina 2017, Supercopa Argentina 2017, Copa Libertadores 2018, Recopa Sudamericana 2019, Copa Argentina 2019, Supercopa Argentina 2019, Torneo de la Liga Profesional 2021, Trofeo de Campeones 2021 con Marcelo Gallardo; y ahora Liga Profesional 2023 con Martín Demichelis, dos fechas antes de que finalice el torneo. Y River ganó y gustó. Pero pensemos que el fútbol argentino puede terminar siendo como el alemán o el español, donde siempre un equipo grande gana la liga y después algunos más juegan bien. Pero por presupuesto, plantel, árbitros que nos los benefician o porque no arreglan algún que otro partido con Tapia en la AFA, como quizás hizo River contra Barracas, no les alcanza. Y a lo mejor es verdad lo que dice el “Cabezón” Rodríguez en TyC Sports y River sea el “River Münich”. Y si no sacó más puntos de ventaja fue por ese partido que les digo, por querer salir jugando de abajo en los primeros partidos, porque la fase de grupos de la Libertadores le costó más de la cuenta y tuvo que poner suplentes en el torneo local y probar variantes que no le salieron, otro poco por la inexperiencia de Demichelis para tomar algunas decisiones y arriesgar de más en partidos contra Talleres, Arsenal, en la altura de Bolivia y en Río de Janeiro o en Lima. Pero así y todo le sobró para ganar su primer torneo en su primera experiencia como técnico de primera, en su vuelta al país después de veinte años y al club de sus amores y demostrar que River sigue siendo el más grande y si será más grande en el mañana como lo hicieron Labruna, Veira, Gallardo o Ramón.

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