Gaby Binder: una Chicatrans. Por Verónica González

Gaby Binder: una Chicatrans. Por Verónica González

“Reivindico el espejismo

de intentar ser uno mismo

ese viaje hacia la nada

que consiste en la certeza

de encontrar en tu mirada

La belleza”.

Luis Eduardo Aute

Al conocernos, Gaby me advirtió que su historia era algo sencilla, “nada extraordinario”.

Pienso que cada historia cuenta con detalles únicos que la vuelven única; que hablan de la lucha de cada persona por ser quien es y la resistencia a ser “quien debería”.

Entonces, recuerdo lo que decía el querido Haroldo Conti: “contá la historia de la gente como si cantaras en medio de un camino, despojate de toda pretensión y cantá, simplemente cantá con todo tu corazón: que nadie recuerde tu nombre sino toda esa vieja y sencilla historia”, y canto la historia de Gaby, que un día entró a trabajar siendo “hombre” y salió despedida como “mujer”.

Sus detalles apuestan a coser verdades entre los platillos de su batería “Frankeinsteina”  y sus ilustraciones de “Chicatrans” (nombre de su página en Internet que cuenta con miles de seguidoras/es).

Ella es Gaby Binder, una artista que trasciende con su sello particular los roles establecidos para dibujar un cielo que nos incluya a todes.

¿Cuándo fue que te descubriste sintiendo distinto al género que te fue “asignado”?

No recuerdo un momento específico puntual. Creo que eso, como mucho en mi vida, ha sido una suma de factores.

Recuerdo hechos aislados en momentos de mi niñez, que quizás no coincidían con lo que hacían los demás chicos. Igualmente al ser hije único, muchas cosas las he transitado en un ámbito de soledad y sin compinches.

No fue hasta la adolescencia, donde todo empezó a formar un modo de fuerte comparación y caos. Pero siempre en la privacidad y en la soledad, de quien no tiene con quien compartir esos sentires.

 ¿Cómo fue vivir la adolescencia y todo lo que implica, en soledad?

Creo que muchas cosas las fui descubriendo en soledad. Arrancaba internet y era un modo de averiguar cosas, ver que otras personas coincidían en algunos sentires fue grato.

Antes de mi transición he pasado años siendo cross (crossdressing: aquella persona que utiliza prendas de vestir comúnmente asociadas a personas del género opuesto, especialmente ropa interior). Ser trans ha sido un volantazo en la vida de una persona, que parecía poco probable encarara semejante cambio.Una trans tiene tres flancos definidos que observa a lo largo de su nueva vida trans.

El desarrollo físico: que en caso de femineidades trans, es asemejar el aspecto a un cierto estilo femenino. Implica cambios notorios en el aspecto, con hormonas, siliconas, o sin nada de esto, pero dejando verse trans. Esto causa diferencias.

Lo segundo, es el cambio mental. Una persona trans sabe que no es una persona enferma ni pervertida, ni un error de la naturaleza, es alguien que decide plantarse ante el mundo apelando a  otro modo de imagen.

Y tercero, quizás lo más difícil, ya que no depende tan solo de la persona sino de los demás, es el entorno. Aquí puede haber quiebres, problemas, caos y es donde lo afectivo de la familia se pone a prueba. Es donde lo laboral puede llegar a estar en juego y afectar el futuro.

 ¿Cómo viviste estas etapas que mencionás? ¿Encontraste contención tanto en el ámbito familiar como en el ámbito laboral?

Personalmente, pude superar los tres puntos, no he encontrado conflictos, con propios y ajenos. En lo familiar, he tenido apoyo y contención, primó el amor ante todo.

En mi ámbito laboral he encontrado apoyo y contención. Personalmente no soy una trans exuberante; soy alta( 1,82) delgada de piernas largas, poco busto y salvo por la altura me he valido de ser un árbol en el bosque, mezclarme y ser una más, eso me dio resultado laboral.

¿Cuándo y cómo fue que decidiste hacer la transformación?

Creo que mi transformación definitiva fue al ser echada del trabajo que tenía en atención al público en una librería, donde ingresé como varón y años más tarde, me fui como Gabriela.

Haber arrancado con mi propio emprendimiento de diseño, fabricación y ventas de porta cosméticos, carteras y bolsos Geene y teniendo que hacer funcionar ese emprendimiento como nuevo modo de sustento, apuró la transición personal. Geene iba a ser el emprendimiento de Gabriela Binder y eso lo tuve en claro desde el principio. Salir a flote o hundirme con el barco, pero capitaneado por Gabriela Binder.

 ¿Cómo te sentís actualmente? ¿Cómo vivís esta transformación?

Actualmente lo vivo con mucha paz, lo vivo con mucha naturalidad. Soy una trans rara, no disimulo mi voz, voy por la vida con mi voz, a veces vozarrón, sobre todo cuando hablo por teléfono. Nunca he conseguido que del otro lado de la línea se me trate en femenino.

Trans

 “Lo más importante es cesar de legislar para todas estas vidas

lo que es habitable sólo para algunos y, de forma similar,

abstenerse de proscribir para todas las vidas

lo que es invivible para algunos.“.

 Judith Butler, libro El género en disputa

¿Qué significa ser “Trans” para vos?

Ser trans me ha hecho mejor persona, ser trans y discriminar a alguien sería un oxímoron, casi tan ridículo como ser agredido por una manifestación pacifista.

Creo que ser  trans y no ser mejor persona, seria haber perdido la oportunidad de cambiar, y la transición es un camino que nunca termina.  Nunca seré del todo trans, nunca dejaré de ser un poco quien fui. Ser trans es un éxodo constante, un cambio constante; ser trans es como ser un pueblo errante, quizás hasta apátrida, sin lugar establecido.

Ser trans es ser eternamente rebelde. Mi forma de ser me ha llevado a encontrar el viento en contra y luchar contra molinos y otras veces, a negociar para ganar. En las dos opciones estuve de acuerdo.

Soy una trans de aspecto tranquilo, no exuberante ni vedette, poca teta y culo chato. Eso me sirvió en mi entorno. Amo mis tetas chicas de hormonas, nunca me pondría implantes; amo mi cuerpo y mi nariz grande. Estoy en paz con mi cuerpo tanto como con mi pasado.

Nunca mataría a ese niño que fui, que jugaba mal al fútbol pero dibujaba bien y ganó concursos de dibujo. Soy quien fui y quien soy, como todo en mi vida soy una suma de cosas.

 La música ocupa un lugar central en tu vida. ¿Cómo fue tu primer acercamiento?

En casa siempre se escuchó música. Mi madre Nora Lía es una amante de la música; mi padre, José María también. Él  supo  comprar un equipo Audinac con discos.

En casa siempre se escucho rock, música clásica, tangos, chacareras. Por lo tanto mi amor por la música proviene de mis padres.

En mi niñez mal toqué una guitarra en actos escolares.

A los 15 años, mientras estaba en la secundaria, conocí con quienes hicimos nuestra primera banda. Las vueltas de la vida hacen que, en la actualidad, toque con dos de esos chicos, pero ahora en mi condición de baterista trans.

Dicen por ahí…que sos la “primer baterista trans”. ¿Cuándo fue que elegiste tocar la batería?

Puntualmente empecé a tocar batería luego de escuchar Serú Girán y a su baterista Oscar Moro.

Y sobre esto de ser la primera baterista trans… creo que me autodenominé así, no tengo noticias de otra baterista trans, al menos hasta que eso me sea refutado (risas)

Sería muy grato encontrar pares, no sólo bateristas, sino todo tipo de personas trans en los demás instrumentos y demás ramas del arte.

¿En qué bandas estás tocando actualmente?

En la actualidad, la pandemia nos ha obligado a un parate, pero mantengo la esperanza que todo pase pronto. Actualmente toco con Furia Gandhi, una onda mas heavy/rock, donde puedo mostrar otro tipo de habilidades, ya que se utiliza doble bombo de “Frankeinsteina”(nombre de mi batería)

Y en ” No tan rouge” mas ligado al rock y blues, donde coincidimos tocando con Verónica Falco.Con Vero hemos armado las ” Blues barders”, dedicadas enteramente a un repertorio ablusado con toques de jazz y rock.

El arte parece acunar a Gaby de los sobresaltos de la vida, para seguir cantando su esencia también relacionada con la ilustración. En su página “Chicatrans”, dibuja realidades cargadas de humor, ironía y compromiso social.

Siempre he dibujado, incluso de niño, en forma autodidacta dibujaba medianamente bien. Quizás de mi padre viene esa veta.Luego me crucé con cómics e historietas y fui a aprender dibujo. Pero siempre he dibujado.

No es de extrañar que en mi etapa trans, intentara dibujar lo que me pasaba, casi como los de antaño  dibujaron en  las cavernas, yo dibujé mi transición.

Así fue, que hace más de seis años, empecé a subir historietas de índole trans a Facebook.  Y lo que empezó como un modo de compartir una historieta dibujada en la tranquilidad de mi pieza, se transformó en algo gigante que se repartió a todo el mundo.

6 años después, más de cinco mil personas leen Chicatrans casi semanalmente y en forma gratuita.

Quería que la página fuera presentable de primer golpe de vista, como quien ve “Metallica” y ya sabe de qué se trata. Así fue que llamé ” Chicatrans” a la página.

También sos diseñadora de tu marca de porta cosméticos, mochilas, etc. ¿Cuándo nació este emprendimiento?

Aún trabajaba en la librería, cuando  un día vi un cartel de un curso de marroquinería.  Al  otro día, me  anoté y encontré una veta hermosa, casi una profesión.

Desde ese día el diseño, la fabricación y la venta, se han transformando  en una verdadera pasión para mí.

Geene nació casi justo con mi transición y ha sido esa gran canoa o bote de salvación cuando fui echada del trabajo.

Ser trans y haber podido tener un emprendimiento, ha hecho que pudiera tener un modo de sustento, sin techo, ya que no tiene límite y así no tener que caer en cuestiones difíciles para una trans en lo laboral.

Geene nació para las pascuas de 2009 y he tenido que aprender a diseñar así como a vender.

De ahí que mi forma de visibilizarme como trans, ha tenido que ser también un modo de venta.

 Quisiera preguntarte además de tus proyectos e intereses, si hay otras situaciones, cosas y/o personas que te inspiren y te impulsen a continuar.

Cuando era chique e iba a dormir a casa de mis abuelos, Teresa y Pedro, mi abuelo solía contarme un cuento antes de dormir. Me contaba de Juancito, que tenía muchos hermanos, que eran pobres y vivían en una casa pequeña con la madre donde había un arroyo y salían a pescar para comer a la noche. Yo escuchaba eso y lloraba.

Con el tiempo, me di cuenta que mi abuelo Pedro me relataba su propia infancia. Ese hombre con solo sexto grado, tuvo un puesto fuerte en la Unión Ferroviaria.

Mi viejo, José María era pobre, de Chaco. Chaco es pobre hoy en día, imaginemos  lo que era hace setenta y pico de años atrás… ese hombre estudió, trabajó y me enseñó el valor de laburar.

Mi madre igual, además de ser profesora de inglés, es quien me da alas y me ha enseñado a volar. Ella me sigue en todas y cada una de mis locuras.

 A mis cortos años, fue ella quien me llevó al gimnasio del Luna Park, porque yo quería ser boxeador. Ella me compró parte de mi primera batería y me ha enseñado a ser quien soy.

Alguna vez me dijo:” Nunca des lástima”. Eso me marcó y en un colectivo trans es una diferencia interesante.

Pero me motivan además, musiques que adoro y admiro; me motiva Alí ganándole a Foreman cuando nadie creía en él; me motiva Oscar Gálvez llegando a la meta con tres ruedas; me motiva quien pelea por sus sueños.

Me motivan los profesores de mierda que he tenido, porque hicieron estudiar al hijo de puta, vago que fui en la secundaria; los que se meten en el mar hasta el cogote, ahí donde no se hace pie, ahí se arriesga la vida. Prefiero eso… a quien sólo se remoja los pies por miedo.

La vida como un gran salto

“Pisa el acelerador, es estupendo

Pisa el acelerador, salir corriendo

Pisa el acelerador, sal disparada

Pisa el acelerador, de madrugada”.

 Joaquín Sabina, Pisa el acelerador.

Gaby nos cuenta acerca de sus proyectos, de su modo de transitar este mundo; de atravesar espacios e imponer otras modas, marcas de la diversidad, que se imprimen en cada acto que genera sin dejar de pisar el acelerador.

Como proyecto hay mucho por cumplir. En lo personal, pisar el acelerador en todo lo que emprenda; lograr ampliar la cartera de clientes, y mejorar los productos Geene. Crecer y mejorar en lo musical; volver a estudiar batería y aprender piano.

Gracias a las diseñadoras y emprendedoras de ” Los Secretos de Afra” me han ofrecido modelar sus diseños de lencería. Además, han creado una serie de lencería para femineidades trans, con lo cual, será un honor modelar un proyecto de lencería para femineidades trans.

Pero fundamentalmente el mayor de mis proyectos, es disfrutar de la compañía de mi madre, mi perrohijo Bonnie, mi casa, el fondo con sus plantas; Marro, nuestra gata y nuestra tortuga…mi entorno de amigues y compañeres musicales.

¿Qué significa la resistencia para vos?

 Creo que el sinónimo que mejor se aplica con resistencia sería rebeldía.

Rebeldía es una actitud que nunca caduca, no hay edades para ser rebelde.

Ser rebelde es estudiar y tratar de tocar bien un instrumento en un mundo desafinado; ser rebelde es no comer carne, ir en contra de todo un mundo haciéndose a un lado del camino para no matar animales para comer: Eso mueve tu entorno.

Ser rebelde es estudiar y ser libre. En un colectivo trans poder llegar a estudiar te da la libertad de no tener que hocicarle al caudillo de turno, sos libre, vas donde querés.

Ser rebelde es no depender, y a su vez,  ser rebelde es hacerse mierda cuando te das cuenta que el mundo es filoso…y te revelas con todo tu ser, abrazas molinos imposibles y se te puede ir la vida. Lo haces como el boxeador que, instintivamente, se levanta sabiendo que va a volver a caer. Ser rebelde es eso, levantarse tantas veces como caigas.

Resistencia; rebeldía a ser libres, a pensar, a hacer pensar a un colectivo tironeado por caudillas trans; a decidir sobre tu cuerpo. “El hombre es dueño de su vida, también lo es de su muerte” dijo Borges alguna vez.

Rebeldía es libertad sin dueños, ni credos, ni políticos, ni imposiciones…y a su vez formar parte de un bosque.

¿Cuales son tus sueños, Gaby?

Mis sueños han ido cambiando. Pero una de las palabras que me emocionan profundamente, es la palabra,” sueños”.

La capacidad de soñar iguala a un niñe pobre y a un niñe rico, porque tienen la misma capacidad de soñar. Lo cruel vendrá luego, con  las posibilidades de ambos en lograrlos.

Mi vida es una sumatoria de sueños, algunos los he cumplido, como el de ser trans en mi tierra, sin necesidad de marcharme a un lugar desconocido para poder ser quien soy.

Parte del infierno hubiera sido, tener que ser yo en un lugar sin mi entorno y afectos.

De mis sueños fallidos deportivos: boxeo, arquero en la 4ta de Talleres de Remedios de Escalada.Mis sueños se incrementan a mejorarlos;  aprender más música; ser mejor baterista, ser mejor persona.

La música suma, aún, es casi un verdadero mensaje universal. Una corchea vale lo mismo en Beverly Hills que en  Fuerte Apache.

Mis  sueños van por muchos lados, me interpelan, me patean el culo, me mantienen viva.

Y por último, ¿qué mensaje quisieras transmitirles a las personas que van a estar leyendo esta nota?

Primero agradecerles que hayan destinado tiempo de sus vidas en leer las pocas luces de alguien como yo (risas)

Que justamente el tiempo es algo que valoro mucho, aprovechar el tiempo es fundamental.

He tenido la suerte de poder aprovechar un tiempo bastante importante, mucho lo he desaprovechado y no pude llegar a un estudio terciario, pero pude hacer otras cosas las cuales en la cuenta, dan saldo positivo.

Finalmente, me gustaría transmitir muchas puertas para abrir; que se esté de acuerdo conmigo, que no se esté de acuerdo conmigo.

Me gustaría que mis palabras movilicen, que hicieran reflexionar, generar.

Gracias por darme la posibilidad de expresarme.

Abrazar a todes y pensar que ser trans es complejo. La trans siempre tiene 50 mts más de pista; siempre hay un plus de dificultad a diferencia del resto de las personas, esto hace que les trans siempre estén en guardia; siempre alertas a eternas injusticias.

Es una batalla interminable, de búsqueda, de igualdad, para recién ahí…empezar a correr.

Las palabras de Gaby movilizan, encienden, dejan marcas. Sus actos revolucionan lo establecido, para hacer arte con los pedazos rotos del espejo que devuelve otra mirada y un lugar que la nomina.

Un mensaje que transmite, que se ubica más allá de los estereotipos y los mandatos.

Ella no teme al fracaso, puede mirar el miedo a la cara y se enfrenta a las consecuencias del riesgo de ser quien siente ser.

Dicen que “ser trans” es estar del otro lado. Me parece que “ser trans” es atravesar las murallas y estar más allá de las máscaras que decoramos todos los días; es salir airosa de un trabajo que no digerís; es amar el doble como dice el inmenso poeta José Sbarra “cuando todo se vuelva insoportable” y apostar a lo esencial.

Ella, la que insiste en no ser “demasiado brillante”, puede encender el mundo y transformarlo. Gaby se atreve, como dice Doris Lessing en este poema maravilloso, a ser rebelde.

Ser rebelde lleva la vida entera,

borrarte los privilegios de la piel,

inscribirte en la soledad del desacuerdo,

dejar atrás a los usurpadores….

No hay premio a una rebelde

más allá de poder regar sus flores en el tiempo que apropia,

salir a dar de comer a las aves una mañana donde el capital devora,

sonreír con los dientes maltrechos ante la desventura del desayuno,

ser indigente en la casa que nadie sueña.

Las rebeldes saben de qué  están hechos los premios,

rechazan los mendrugos que lanza la mano del opresor.

Una rebelde tiene como único premio la vida,

porque de ella nadie se apropia,

en ella nadie la usurpa,

porque es la única tierra propia de cada rincón donde duerme.

Su rebeldía alcanza siempre a cobijar el

desánimo del progreso

y si de paso una rebelde tiene la alegría

en soledad, ha vencido al mundo.

 Para contactarla y conocerla:

En Instagram: @gabrielabinder

@geeneproductos

En Facebook: https://www.facebook.com/gaby.binder.9

https://www.facebook.com/GEENE-195486673819441
https://www.facebook.com/Chicatrans-1392287807660234

Fuente: https://noticiasancap.org/

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