Otra forma del mar.
Otra forma de la arena.
Aves, como peces, que nadan en el cielo.
Peces, como aves, que reposan en la playa.
Cuando alcances la costa de lo terrenal,
cuando tus huesos y tu alma recalen, finalmente, en la orilla,
sé un pez-pájaro reposando en una playa de crujientes hojas secas,
ocres, otoñales.
Se un pájaro-pez nadando entre el vaporoso oleaje de nubes de un
perlado océano de cielos.
Un ser anfibio volando en el mar.
No es cuestión de desplegar las alas de la imaginación, sino,
simplemente, de entender que es lo mismo.
Un animal de tierra,
un animal de cielo,
un animal de mar,
el follaje del otoño,
la arenosa playa,
el agua espesa o volátil,
el alma, los huesos son lo mismo.
Pero de otra forma.
Formas que moldea el viento y fragua el fuego.