Escribí una carta abierta a favor de las universidades públicas

Escribí una carta abierta a favor de las universidades públicas

Redactá una carta abierta a favor de las universidades nacionales. Toma como ejemplo: “Carta a favor de las universidades nacionales” de Darío Vallejos.

Escribila y enviala a: juanbotanaborradores@gmail.com

Carta abierta a favor de las universidades públicas

Escuché una vez a uno de mis profesores en la universidad decir que en las ciencias exactas uno más uno es igual a dos, mientras que en las ciencias sociales uno más uno “a veces llueve”. Esta frase, sencilla, me invitó a repensarme como ser universitario.

Citando a Freire: «La educación no cambia al mundo. Cambia a las personas que van a cambiar el mundo» (Freire, P. (1994). Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores). Es decir, la educación por sí sola no puede cambiar automáticamente las estructuras de la sociedad, sin embargo, forma individuos con conciencia crítica, algo que para Gramsci es un pilar fundamental para romper con el control ideológico de las clases dominantes y que ayuda en la formación de “intelectuales orgánicos”. Estos líderes y educadores provenientes de las clases subalternas (aquellas que ocupan una posición subordinada en la estructura social y económica de una sociedad) desempeñan un papel crucial en la lucha por la transformación social y la contra hegemonía cultural.

Sobre el párrafo anterior, se me vienen a la mente diferentes frases de ex dirigentes políticos donde explicitaron públicamente que “Nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy, llega a la universidad” o que los y las docentes, “Trabajan 4 horas por día y tienen 3 meses de vacaciones”. Estos decires, desafortunados, de todas maneras, representan a una gran parte de la población que piensa exactamente lo mismo y que replican discursos en el común denominador de un grupo poblacional sesgado en cuanto a materia educativa refiere.

Considero muy importante recalcar que en cuanto a educación hablamos, las falencias pueden divisarse en una cantidad de aristas impresionantes, donde temas como infraestructura, salarios e insumos prevalecen en un primer plano y, ningún Gobierno (independientemente del partido político) ha sabido solucionar las mismas. Sobre este punto, repienso lo siguiente ¿No han sabido solucionarlas o no han querido hacerlo?

Continuando con Freire, los sistemas educativos suelen estar pensados para mantener a las masas en un estado de opresión y sumisión, y milita por una educación “liberadora” que promueva la acción transformadora. De hecho, haciendo un paralelismo con el Gobierno de turno, se están creando líneas para denunciar la «inculcación ideológica» en los centros educativos del país, algo que nos retrotrae a la carta abierta a la junta militar de Walsh donde denuncia la imposición de medidas autoritarias en las universidades, como la designación de rectores afines al régimen y la censura de ideas y expresiones que no se alineaban con la ideología “oficial” ¿Qué falta ahora? ¿Que vuelvan a desaparecer estudiantes y docentes?

La historia de la educación de este país, esta manchada y formada con la sangre de aquellos y aquellas que han entendido que la educación es un derecho y no un privilegio para algunos pocos. Comprendiendo y dándole la mano brevemente a Perón, su Ley de Gratuidad Universitaria de 1949 junto a la creación y la consolidación de Universidades Nacionales, han abierto el camino para miles de personas que pudieron acceder a esta instancia educativa, y convertirse incluso en la primera generación de profesionales universitarios de su familia y entorno.

Este estudiantado, ha sabido comprender la importancia del porqué de la educación, para convertirse a posterior en seres con un raciocinio crítico, objetivo y contrario a el conservadurismo intelectual, impulsando futuros eventos canónicos, que van desde el Cordobazo (1969), los movimientos estudiantiles en la época de la dictadura, donde se desprenden hechos trágicos como “La noche de los lápices” y “La noche de los bastones largos”, hasta el Movimiento estudiantil por la Ley de Educación Superior (2005) y las luchas constantes contra los recortes presupuestarios en todo ámbito educativo que se ejercen desde hace más de 25 años, incrementándose durante el 2018 hasta tiempos actuales.

Continuando la línea que expresa la creación de las Universidades públicas, cabe recalcar también la creación de las bien llamadas Universidades del Conurbano. Primero, sobre todo, es necesario decir que el Conurbano Argentino representa una de las mayores concentraciones urbanas de América Latina y que enfrenta necesidades de sus habitantes en áreas como vivienda, transporte, educación, salud y seguridad a niveles mayoritarios. Frente a esta problemática poblacional e intentando descentralizar la educación, en el año 1972 se fundó la Universidad de Lomas de Zamora y, al día de la fecha, la provincia de Buenos Aires tiene 22 universidades nacionales, de las cuales 15 están ubicadas en el Gran Buenos Aires. El hecho que las personas del Conurbano, tengan la posibilidad de estudiar cerca de sus viviendas, ayuda en la correlación trabajo-estudio, brindando una accesibilidad mucho más completa en cuanto a tiempos, ocio, entre otras características.

Dicho lo anterior, donde, mencionamos no solo hechos a favor del estudiantado, sino la creación de centros educativos diversos y descentralizados, así como las calamidades de la dictadura ¿Por qué parece que la historia se repite?

“Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” diría Ruiz de Santayana. El olvido se encuentra presente en una gran parte de la sociedad donde prima la represión contra aquellos que decidan luchar por sus derechos y esto, en la docencia, viene también alimentado no solo desde las entidades gubernamentales que minimizan sus luchas, sino también en miles de ciudadanos que consideran la educación un “servicio esencial” y no así un derecho para todos y todas. No olvidemos el asesinato a manos de la policía de Carlos Fuentealba quien luchaba junto a sus pares contra Jorge Omar Sobisch en el año 2007. No olvidemos que, durante “La noche de los lápices”, el 16 de septiembre de 1976, un grupo de jóvenes estudiantes de secundaria fue secuestrado en La Plata por fuerzas represivas del gobierno militar, para ser torturados, abusados sexualmente y asesinados posteriormente. Recordemos “La noche de los bastones largos” donde el 29 de julio de 1966, tropas de la Policía Federal reprimieron en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA a autoridades, docentes, graduados y estudiantes que resistían a la intervención decretada por la dictadura de Onganía. No pasemos por alto las decenas de represiones a los y las docentes durante toda la historia argentina. Recordemos siempre la infinidad de paros docentes en pos de mejoras salariales y de infraestructura. Bueno, seamos aún más simples, pongamos ejemplos concretos ¿Cuántas veces hasta tizas faltaron en las aulas? A todo esto ¡Ni olvido ni perdón!

Hoy estamos viviendo una de las mayores destrucciones al sistema educativo argentino, sobre todo al Universitario. No es necesario caer y hondar en el accionar del Gobierno actual. Los de turno entienden la reducción del gasto público como un intento de disminuir los recursos financieros que el Estado destina a diferentes áreas y programas, como salud, educación, infraestructura, obra pública, entre otros, con la intención de equilibrar presupuestos, reducir déficits y controlar la deuda pública. Sin embargo, este accionar explosivo, elimina la posibilidad de que miles de personas accedan a un nivel educativo universitario, gratuito, de calidad y laico.

Recuerdo que un compañero de Asamblea barrial, una vez dijo que las Universidad privadas generan empresarios, mientras que las Universidad públicas generan pensadores y esto último, enemista al común del estudiantado con los Gobiernos de derecha ¡Cortar el presupuesto universitario significa que, a la larga, habrá menos pensadores profesionales! Y, recuerden lo siguiente: Los dictadores (incluso los elegidos democráticamente) odian que las personas pensemos. Nos conciben como seres pasivos, sin libre albedrío que solo bajaremos la cabeza en señal de derrota sin entender el detrás de sus trágicos y violentos accionares, algo que Harold Lasswell relaciona intrínsecamente con su teoría de la aguja hipodérmica.

Basándonos en Heidegger, y su obra «¿Qué significa pensar?» (Heiddeger, M. (1952). «¿Qué significa pensar? Terramar), señalamos la importancia de cuestionar las estructuras establecidas y los discursos dominantes, destacando la necesidad de un pensamiento crítico que no se conforme con las apariencias ni acepte pasivamente las normas impuestas. Pensar implica ir más allá de lo superficial y adentrarse en el origen y la esencia de las cosas. El pensamiento auténtico busca comprender las raíces históricas y filosóficas que han dado forma a la realidad actual. La importancia de la responsabilidad individual y colectiva en el acto de pensar, no puede separarse de la acción y la implicación en el mundo. El verdadero desafío radica en trascender las limitaciones impuestas por las ideologías y promover la real libertad y la autenticidad en la educación y en la sociedad en general.

No debemos permitir que se elimine la posibilidad de formar pensadores profesionales, de generar líderes capaces de dar frente a las injusticias y construir una nueva realidad.

No olvidemos los sacrificios y luchas de aquellos y aquellas, que han defendido el derecho a una educación digna y accesible para todos y todas. No podemos permitir que intereses económicos y políticos pongan en peligro el futuro de nuestras generaciones.

Como comunidad, es necesaria la unión para defender nuestras universidades. Es nuestro derecho, nuestra obligación y nuestra responsabilidad defender este espacio. Por la memoria de aquellos estudiantes y docentes desaparecidos en la dictadura. Por aquellos maestros que en democracia luchan día a día por las mejoras del sistema educativo, que han sido y siguen siendo reprimidos por las fuerzas de los gobiernos de turno. La lucha es por aquellos cerebros fugados entre 1976 y 1983. Es para que las futuras generaciones accedan a una educación de calidad, laica y gratuita.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. La universidad pública no es solo de unos pocos privilegiados, es de todas las personas que aspiran a una educación digna y accesible. La historia de la educación de este país está marcada por luchas y los sacrificios, por voces que han sido silenciadas, por ideales que se resisten a desaparecer y que vamos a seguir defendiendo, ahora y siempre.

Fuente: https://noticiasancap.org/2024/04/19/carta-abierta-en-defensa-de-las-universidades-publicas/

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