Atacaron a tiros a un cacique que resistía la usurpación de su territorio
Un hombre disparó contra el cacique de la comunidad El Quebracho, Isaías Fernández. Antes el mismo hombre amenazó e intentó atropellar a su padre, Luciano Fernández.
A primera hora de la mañana de ayer las comunidades del Pueblo Weenhayek Kyeuhyuk (El Quebracho) y O Ka Pukie (La Troja), ubicadas en el kilómetro 5 de la ruta nacional 86, en el municipio de Tartagal, denunciaron que parte de su territorio había sido alambrada por capataces y peones de una familia que insiste en adjudicarse la propiedad de esa tierra.
La situación agravó pasadas las 18, cuando una persona disparó contra el cacique de El Quebracho, Isaías Fernández, después de amenazar e intentar atropellar al ex cacique y padre de Isaías, Luciano Fernández.
La esposa de Isaías, Mónica Medina, relató que mientras estaban terminando de sacar los alambres y palos que habían sido colocados días atrás, llegó una persona identificada como el “ingeniero Pablo” y amenazó al anciano de la comunidad Luciano Fernández, diciéndole: “Viejito, a vos te conozco, en cualquier lugar te mato”.
Acto seguido arrancó a toda velocidad la camioneta 4×4 que él mismo llegó manejando y “lo quería chocar y le erró”, contó Medina. “Empecé a gritarle (a don Luciano) que se esquivara. Luego (el conductor) sacó su arma y disparó. Le erró a la cabeza de Isaías Fernández, el cacique”, dijo llorando la mujer. Isaías dijo a Salta/12 que estaba “muy mal” por la conmoción que le provocó esta agresión.
Medina dijo que el tal ingeniero Pablo fue visto en el aeroclub de la zona, desde donde despegan las avionetas que fumigan los latifundios donde se siembra soja.
La niyat (cacica) de la comunidad La Troja, Nancy López, también integrante del directorio de la radio La Voz Indígena, destacó la gravedad de lo sucedido: “le apuntaron con un arma y gracias a Dios la bala no le pegó a Isaías”, dijo. Aseguró que lo único que estaban haciendo era defender el territorio y que momentos antes del ataque con el arma de fuego, se había acercado una persona que se identificó como el secretario del ingeniero y les dijo que fue mandado por la “supuesta dueña del campo que está al oeste de la Comunidad” El Quebracho. Esta mujer sería María Monserrat.
López contó que, además de intentar atropellar a Luciano Fernández, el ingeniero quiso hacer lo mismo con Marisa, otra integrante de la Comunidad, “Quería pasarle con la camioneta por encima”, relató. La cacica afirmó desconocer cuál es el vínculo del supuesto ingeniero con la familia Monserrat.
Ambas comunidades alertaron sobre el agravamiento del conflicto con criollos que expanden la frontera agropecuaria avanzando sobre territorio indígena en un comunicado emitido cerca del mediodía en el que afirmaron que están ante una “situación de extrema gravedad”. Sostuvieron que pese a la ocupación tradicional, ancestral y actual del territorio, continúan sufriendo “intimidaciones, amenazas y la construcción de alambrados en nuestro territorio” de parte de personas ajenas a las comunidades que se presentan como dueñas de ese territorio.
“Estas comunidades comparten territorio y habitan el lugar desde tiempos antiguos, dedicándose a actividades de siembra, recolección y artesanías principalmente, que complementan con otros ingresos para lograr la subsistencia de las familias”, relataron.
Las comunidades sostienen que los particulares que les disputan el territorio contraton a personas para que trabajen durante los fines de semana en el tendido de los alambrados. Además, pudieron saber que una de las personas contratadas por los terratenientes lleva un arma y realiza tiros a diario, “lo que acarrea un peligro inminente para niños, niñas y personas de la comunidad”, advirtieron.
La niyat (cacica) de la comunidad La Troja, Nancy López, también integrante del directorio de la radio La Voz Indígena, destacó la gravedad de lo sucedido: “le apuntaron con un arma y gracias a Dios la bala no le pegó a Isaías”, dijo. Aseguró que lo único que estaban haciendo era defender el territorio y que momentos antes del ataque con el arma de fuego, se había acercado una persona que se identificó como el secretario del ingeniero y les dijo que fue mandado por la “supuesta dueña del campo que está al oeste de la Comunidad” El Quebracho. Esta mujer sería María Monserrat.
López contó que, además de intentar atropellar a Luciano Fernández, el ingeniero quiso hacer lo mismo con Marisa, otra integrante de la Comunidad, “Quería pasarle con la camioneta por encima”, relató. La cacica afirmó desconocer cuál es el vínculo del supuesto ingeniero con la familia Monserrat.
Ambas comunidades alertaron sobre el agravamiento del conflicto con criollos que expanden la frontera agropecuaria avanzando sobre territorio indígena en un comunicado emitido cerca del mediodía en el que afirmaron que están ante una “situación de extrema gravedad”. Sostuvieron que pese a la ocupación tradicional, ancestral y actual del territorio, continúan sufriendo “intimidaciones, amenazas y la construcción de alambrados en nuestro territorio” de parte de personas ajenas a las comunidades que se presentan como dueñas de ese territorio.
“Estas comunidades comparten territorio y habitan el lugar desde tiempos antiguos, dedicándose a actividades de siembra, recolección y artesanías principalmente, que complementan con otros ingresos para lograr la subsistencia de las familias”, relataron.
Las comunidades sostienen que los particulares que les disputan el territorio contraton a personas para que trabajen durante los fines de semana en el tendido de los alambrados. Además, pudieron saber que una de las personas contratadas por los terratenientes lleva un arma y realiza tiros a diario, “lo que acarrea un peligro inminente para niños, niñas y personas de la comunidad”, advirtieron.
Fuente: Página 12