Carlos Figari, Universidad de Montreal
La cuestión de la normalización en términos de ciudadanía es el eje principal sobre el que se basan las políticas de los movimientos de la disidencia sexual, concretamente lo que hoy se denomina movimiento LGBT (Lesbiano,gay, bisexual, travesti/transexual) en América Latina.
Entendemos por “normalización” un mayor nivel de aceptación en la sociedad de las diversas especificidades de la disidencia sexual con el fin de lograr su reconocimiento, como también condiciones de igualdad jurídico-institucional con el resto de la sociedad. Estos reclamos hoy están focalizados en la adquisición de derechos de ciudadanía especialmente el matrimonio, la adopción, beneficios sociales, garantías contra la violencia y discriminación.En líneas generales, el problema de la normalización ciudadana indica nuevas formas de inserción y participación de los colectivos de la disidencia sexual en los procesos democráticos, a partir de renovadas formas de visibilidad y compromisos políticos. Esto supone también una rediscusión sobre los problemas de las políticas identitarias del movimiento LGBT, que incluye conceptuar la identidad no sólo como problema hermenéutico, sino en relación a la hegemonía de diversas concepciones políticas organizativas. El objetivo de este trabajo entonces apunta una reflexión sobre la articulación y modos de conflictos presentes entre la construcción de políticas públicas y los reclamos de los movimientos sociales LGBT formulándonos como principal pregunta no tanto si es necesaria la ampliación de los derechos de ciudadanía sino en qué condiciones y de qué modo están organizando sus demandas los movimientos sociales LGBT y qué concepciones y prácticas articulan esos reclamos en la producción de políticas públicas nacionales y multilaterales.