El huracán. Por Silvina Lérida

El huracán. Por Silvina Lérida

Ponía un sol en su ventana mientras las nubes cubrían el cielo, cobijaba sus miedos con cuentos envueltos de sueños, escribía historias con anécdotas robadas a la almohada, llenaba de caricias rincones dañados y, con esa flor que le regalaba en la pantalla, armó un huracán del que no se podía huir.

Y cuando ya nada más podía suceder, se extinguió el ciclón, y todo volvió a la calma.

Desapareció el sol en los días nublados, los cuentos, las historias inconclusas y hasta las flores dejaron de llegar y, quizás ese huracán, que solo podría tener nombre de persona, en algún lugar volverá a formarse con otros protagonistas y otras historias y otros lugares.

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