Acuerdos y más acuerdos, silencios eternos, búsquedas incesantes de caminos que llevan al fracaso, cuando se enciende la esperanza, la apagan con fuego, el que les arde en las venas por las que no corren sangre sino miseria. Mientras tanto el hambre espera, en cada esquina y ya no sabe de silencios y rupturas políticas, porque la única grieta que conocen es la que se alojó en su cuerpo. Por eso más que hablar hay que gritar por aquellos que no tienen voz… ¿Acaso no es esa la función del poeta? ¿Acaso solo la belleza de la naturaleza nos emociona? La palabra es nuestra razón, o sinrazón; la que nos oprime y nos libera, nuestra más fiel compañera, se presta para que con ella hagamos maravillas, entonces ¿Qué esperamos?
El grito-
¡Mira! Mira mi destino,
agudiza tu vista
desde el fondo,
desde el mísero y oculto
punto muerto de tu centro,
y dime si podrías
limpiar las moscas de mi cuerpo
lamer la arena de mi cara
sacarme del ardiente desierto.
Dame una palabra de aliento y dime
Si con tus dedos podrías
recorrer, una a una,
mis costillas afiladas
por el hambre de decenios,
abrazarme después, dándome abrigo,
acabar con el fuego
que se arrastra en mi lengua,
remojarla,
con la última gota de agua que tequeda.
Si eres capaz de sacarme
de esteinfierno de llagas
al que fui sometido, me pregunto:
¿Por qué lo recreas día a día
para que otros como yo sigansufriendo?
Eres tú,
hombre de barro,
El que sostienela guerra y el hambre,
porque empuñas las armas del odio
y del olvido…
Te has inventado un mundo de
ilusiones doradas
que sacian hasta el hartazgo
tu ego y tu barriga.
Oscuro es el aire que te circunda…
¿Acaso te cuestionas?
¿Acaso, alguna vez…?
Ora yo,
tan niño,
tan desarraigado de mi carne,
tan puro hueso,
apiádome detiy de tu miseria
y me pregunto:
¿En qué negro pasadizo
habrá quedado tu alma?