Mundos a construir aguardan
después de los que han sido,
a nuestras manos esperan
con propios brazos abiertos
nuestros primeros deseos unidos.
Mientras encuentro todo lo que ansío
y suelto todo lo que no se guarda
y activo los pasos que me elevan y empoderan
desde que soy mi modelo vivo
y enfoco las luces que iluminan
un reflejo fiel o parecido
a los primeros deseos unidos
que a mi espíritu alimentan
cuando no estoy en pasados ni en futuros
empecinado en grafitear la casa blanca.
Pero casi nunca se sabe
de qué material será
la nueva extracción
el nuevo monocultivo
ni el virus próximo
ni el patrón máximo
de cada contaminación
ni el nuevo ser en explotación
ni el nuevo gen intervenido.
Mejor nos examinan,
más se nos aproximan.
Pero todas las carencias juntas
cómo avanzarían
abriéndose paso entre la ostentosidad,
hasta mucho mejor se sabría
quien es quien
y desde que lugar expresa
su amor y anarquía.
No se nos acaba el tiempo
en el séptimo día
para crear nuestro templo
uniendo lo que digas y lo que diga,
una y otra vez por millones de veces
inventando la mía y tú alegría,
cantando temas del indio explotando decibeles,
bebiendo jugo de naranjas exprimidas,
tomando sol sobre las ruinas
del mundo posterior a la pandemia,
celebrando que no fuimos expulsados
aún del paraíso,
que los auriculares todavía tienen vida
y siguen sonando poesías de las mías.
Todas las carencias juntas
cómo avanzarían
abriéndose paso entre la ostentosidad
hasta mucho mejor se sabría
quien es quien
y desde que lugar expresa
su amor y su anarquía.