Los gobernantes se hacen los democráticos cuando necesitan el voto. Ni bien lo consiguen su comportamiento se vuelve autoritario.
Son autoritarios cuando Patricia Bullrich manda a reprimir jubilados o a pegarle a periodistas como a Pablo Grillo, estén o no apoyados por movimientos sociales, por las dos CTA, por “barras” como dicen, o por La Cámpora, que está viendo que tajada se puede llevar de todo esto o algún violento que aprovecha el caos.
Son autoritarios cuando piden a gritos votar por DNU un acuerdo con el FMI a espaldas de la gente en el Congreso y después nos condenan a otra deuda impagable por 100 o más años. Y una vez que reciben la guita se la reparten en bonos de deuda para los amigos, se la fugan en moneda extranjera o la pierden en sostener el dólar o en tapar agujeros. Más o menos los que nos pasa a muchos de nosotros.
Pero nunca se les ocurre aumentarles a los jubilados.
Luis Caputo y Javier Milei se comportan igual que cualquier tipo desesperado pidiendo un crédito a tasa del 200 por ciento o más en esas financieras cercanas a las estaciones de tren. Y cuando reciben la plata respiran aliviados por un tiempo sin medir las consecuencias de sus actos. Si hasta Elisa Carrió salió a decir que hay que apoyar un nuevo acuerdo con el Fondo o si no vamos a la devaluación.
Estaría bueno que se den por enterados que sus acciones repercuten en millones de argentinos y en los argentinos que aún no nacieron y en los que van a migrar en el futuro a este país buscando un futuro mejor.
Y a lo mejor, habría que sacar a plebiscito las decisiones importantes de la Argentina: acuerdo con el FMI, venta o no de empresas del Estado, aumento a jubilados, subsidios a qué, planes a quiénes, migrantes, tierras mapuches, narcotráfico, derechos de las mujeres, niños, discapacitados y ancianos.
Puede que la mayoría no sepa qué votar sobre estos temas. Pero tampoco sabemos tanto cuando votamos a una lista donde con suerte conocemos al primero de la lista y de los demás ni nos enteramos. Y encima después en el Congreso votan a sobre cerrado acuerdos como éstos o se dejan estimular como en el fútbol y de eso saben bien porque algunos de ellos usan como fuerza de choque a barrabravas.
¡Aclaro! Esto no es solo culpa de Milei. De Caputo y de Bullrich un poco más. El sistema se lo está comiendo vivo a peluca. El problema es que nos pasa lo mismo gobierno tras gobierno. Los Kirchner le pagaron al Fondo y se olvidaron de los buitres. Macri les pagó a los buitres y después fue desesperado a pedir al FMI con Caputo como ministro. Y ahora Milei repite la fórmula porque están asustados.
Asustados de los jubilados porque está vez protestan como antes, como siempre, pero ahora lograron visibilidad porque son acompañados por actores sociales que están acostumbrados a dar pelea en las calles.
Y no me vengan con que por qué no le hicieron marchas a Alberto o a Cristina, porque les hicieron y también los cagaban a palos y hasta le vetaron el 82 % móvil. Pero eso ya es pasado y a lo mejor vivían un poquito mejor. Pero ahora los jubilados están viviendo mal y en vez de discutirlo hay que arreglarlo.