Crepúsculo viviente en luz propia,
valiente como pocos en tu tropa.
¡Ni 300 años pudieron apagarte!
Aún hoy acompañas, como un baluarte.
Hatuey, cacique valeroso, de flecha, piedra y palos,
contra el metal pudiente. ¡Venían a buscarnos!
Conquistadores, que en el nombre de Dios los estertores,
en territorio oriental de los Tahinos.
¡Usurparon las tierras! Usurpadores… Cegados por el Oro, y
otros valores. Pudiste combatir y hacerles frente en la fiel
convicción de ser rebelde. Asombroso pensar en tus dominios,
que el cielo sea uno solo, pero no con sus brillos.
¡Cielo de mil Estrellas cúbrannos pronto! Liberen a Mí pueblo,
mismo Dios para todos. Territorio Oriental de los Tahinos
librado a tu suerte de rebelde.
Oro, Dios de los blancos, profundidad de ríos.
Cacique del barranco, intempestad y bríos.
Crepitó tu piel sobre la hoguera, pero no silenció
tu voz primera.