Convidados (a 40 años de la democracia). Por Ana Gloria Casale

Convidados (a 40 años de la democracia). Por Ana Gloria Casale

¿Qué manos? ¿Con qué barro? ¿En qué fuego?

 Ideales hechos raíz

con la sangre de todos los perdidos.

En la olla inmensa

parece que no hay guiso para todos.

Por momentos la democracia

es solo horizonte,

se sirve allá lejos.

Unos, amasados con la indiferencia

y un no te metás

en los genes,

echan culpa a los políticos.

Que otros vayan a la calle,

se ensucien.

Otros, tentados por las roscas,

arruinan las palabras,

no se sabe que nombran,

solidaridad que no solidariza,

progreso que no progresa.

Alguien es llevado a la rastra,

en una camioneta sin patente,

patadas sin nombre,

la calle espera.

Tantos ojos que no saben que miran,

un revólver apunta a la cara,

la calle espera.

Alguien  llora de hambre,

casas y bosques ardiendo,

una comunidad arrasada,

cosas que no salen en la tele,

la calle espera.

Un nene y su mamá,

sentados a la puerta del supermercado,

esperan

dejar de ser invisibles.

Mientras tanto

abajo, 

día a día,

chiquito,

alguien

da de comer,

enseña,

cura,

parte el pan

y la poesía.

A medio naufragar en La Medusa,

otras soñando la Utopía,

empezamos a despertar. 

No esperemos más,

no abandonemos,

que en el silencio

y en la soledad

se crean los monstruos

volvamos a mirarnos a los ojos

a abrazarnos;

si caminamos juntos

llegamos,

el banquete de la democracia está servido para todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *