Con su mirada mansa y la sonrisa amble, con la palabra justa, y los recuerdos a flor de piel.
Así, se fue un día, después de tantas rondas, de tanto pedir ayuda, de tanto preguntar donde está el hijo que un día se fue y no volvió.
Y se fue un día, quien con humildad mostró el camino de la perseverancia, la lucha y capeo temporales, y resistió cómo pudo los golpes y empujones de la montada y estuvo siempre ahí, con el corazón hecho añicos y los pies cansados.
Te fuiste siendo un emblema de justicia, con la pena de no haber encontrado a tu hijo, sin embargo, acá, dejaste millones de hijos que te recordarán por siempre.
Buen viaje Norita Cortiñas
Betty Santella Buenos Aires Argentina.