Carta abierta de Sandra Arias al rostro y la mirada

Carta abierta de Sandra Arias al rostro y la mirada

El rostro es una construcción valiosa; si lo comparo con una obra de arte, tiene un sinfín de expresiones, desde la ira hasta la tristeza o la alegría. 

En la fotografía de rostro se descubre a través de una imagen, las emociones, el ánimo y el temperamento de individuos que posan ante una cámara.  

El Supervisor de fotografía del Teatro Colón, Máximo Parpagnoli, en el curso de Historia y Geografía que realicé, expuso que decidió dejar de sacar fotos de lo que veía y empezar a sacar fotos de lo que sentía y eso es lo que aconseja siempre a sus alumnos; hay que conectar de determinada forma con lo que está ocurriendo en un escenario o en el lugar donde se capturen las fotos.

El escritor y periodista Ernest Hemingway afirmaba: “Envejece un rostro más nunca la mirada”.

Recuerdo la película Titanic, de James Cameron, el personaje de la joven interpretado por Kate Winslet y el de la anciana por Gloria Stuart, me sorprendió la mirada de ambas actrices, era idéntica en la juventud y en la vejez.

El contacto visual es importante entre las relaciones humanas, en algunas situaciones una mirada es suficiente para evitar o desatar un conflicto.

En el arte hay cuadros que son pintados con la intención de causar una reacción a los espectadores, remover sentimientos muy profundos. Hay varios ejemplos representativos. El de La Gioconda, de Leonardo da Vinci, guarda una serie de efectos ópticos, porque te sigue con la mirada y es atrapante por su misteriosa sonrisa. Era el retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, un comerciante florentino. Esta obra denominada también Mona Lisa, se destacó por ser la más famosa del mundo.

Otro ejemplo es el cuadro de Vicent Van Gogh, El cartero Roulin, el pintor homenajeó al cartero Joseph Roulin y lo comparó con Sócrates y con Dostoyevski, por su barba y su buen corazón. La mirada inteligente y dura de Roulin, era la característica en los retratos del artista, donde mostraba el alma del modelo. Van Gogh comenzó una nueva etapa artística en el sur de Francia, allí tenía amistades y una de ellas fue la del cartero del pueblo.

En estas obras de arte se distingue bien las miradas, donde el público se deslumbra al contemplar esos rostros iluminados. Cada individuo observa la belleza de una creación artística, un paisaje o una fotografía y esa mirada es personal, intransferible y es única.

El fotógrafo estadounidense Joel Meyerowitz afirmó: “Aquello que nos llama la atención refleja cómo nos habla el mundo de forma personal a cada uno de nosotros”.

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