Cuando observamos imágenes pictóricas en el cine nos encontramos con las vanguardias históricas del arte y con la búsqueda de legitimación plástica y estética.
Los films fueron inspirados en composiciones de grandes maestros de la pintura. Los directores de cine se ideaban para reproducir ambientes y contar historias para adaptar argumentos y revivir las formas de expresión de los pintores.
Imaginé una charla en un bar con Charles Chaplin, el icónico actor y director inglés. Fue un hombre que venía del circo para fundar un estilo cinematográfico propio. Su arte no se basaba en la sorpresa sino en la perfección.
Le pregunté qué relación hay entre el cine y la pintura. Frente a frente degustamos un café, le pedí que me pase un sobrecito de azúcar e inmediatamente me respondió que la relación que hay en los escenarios de las películas donde transitan formas, sonidos, luces, manchas de color para tratar de emular el estilo de cada pintor, esa relación es deslumbrar al espectador con un mundo diferente para que descubra a los personajes en acción en un trasfondo histórico o de ficción.
Charles me preguntó qué me gusta en una película y en qué momento me doy cuenta que es interesante. Me apasionan los films donde el arte juega un rol importante, con imágenes de fondos que reflejan a notables pintores.
La película es interesante cuando al transcurrir 20 minutos, desde el comienzo, hay un impacto inicial, donde se plantea lo principal y el conflicto expuesto para resolver, nos va informando sobre el argumento.
Son fundamentales los aspectos que componen el material seleccionado que tienen que ver con la historia. El estilo en que narra el guión, la calidad de los personajes, la correcta utilización de los planos, ángulos, la iluminación y la música y sobre todo el montaje, qué es el proceso para ordenar las secuencias en una película.
Terminé la charla con Chaplin y deseaba que ese momento se eternice, me enriquecí. Todos los conocimientos aportados por este genio pasaron por mi mente y desde la esquina de mi percepción fueron transitando escenas de películas que fueron inspiradas en obras famosas.
Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, se basaba en una obra del pintor Edward Hopper, fue del período modernista del estilo “Realismo americano”.
El cuadro denominado “La casa del ferrocarril” fue en el que se inspiró Hitchcock para construir el Motel Bates, el sitio donde ocurrían los asesinatos durante la película Psicosis.
Recuerdo una nota que realicé en una entrevista con la vestuarista y escenógrafa argentina, María Julia Bertotto una mujer con una larga trayectoria en el cine, la televisión y el teatro. Me comentaba que el vestuario seleccionado de los personajes era adecuado para el rol designado, por ejemplo, un chaleco lo calificaba como un hombre fuerte y lo ayudaba a incorporarse dentro del papel que debía interpretar.
Otra película Cabaret (1972) de Bob Fosse y la obra fue el retrato de la periodista Sylvia Von Harden (1926) de Otto Dix, fue un pintor de la nueva objetividad y el expresionismo alemán. Sus pinturas eran sobre la guerra. Otto en su forma de pintar distorsionaba las apariencias de los rostros para enfatizar lo feo.
En 1927, “Metropolis” de Fritz Lang y se basó en la obra maestra de Pieter Brueghel, “La torre de Babel”, (1563). Es considerado el pintor holandés más importante de siglo XVI.
Por mi esquina también pasan reconocidos directores de cine como Martín Scorsese, guionista y productor estadounidense. Se destacó en el film “Malas calles” (1973) y el cuadro que se refleja en esta película es “La vocación de San Mateo” (1601) de Caravaggio. El argumento encierra la historia de tres jóvenes que se hacen hombres en el barrio llamado la “Pequeña Italia” en la ciudad de Nueva York.
José Luis Borau, director, guionista, productor, actor y crítico de cine español, afirma que el cine ha influido en la pintura en su afán de reflejar el movimiento y en la búsqueda de nuevos encuadres. Tres son las características del cine abocadas a la pintura, el manejo artificial de la luz, el encuadre y la posibilidad de reflejar el movimiento.
El italiano Riccioto Canudo, poeta, escritor y crítico de cine fue el creador de la expresión el séptimo arte, por el cual se lo denomina a la cinematografía. Y se reflejó en su obra “Manifiesto de las siete Artes”. Y el cine con la pintura se retroalimentan. La función esencial del cine es ser arte y entretener al espectador ante la belleza e insertarse como parte de una comunidad. Y al doblar por mi esquina de la percepción recuerdo una frase de Salvador Dalí, pintor considerado como uno de los máximos representantes del surrealismo, sus imágenes son impactantes y oníricas, afirmaba “El verdadero artista no es el inspirado, sino el que inspira a los demás”.
Desde Lanús, Buenos Aires, Argentina