Carta abierta de Martín Rabezzana al “lenguaje inclusivo”

Carta abierta de Martín Rabezzana al “lenguaje inclusivo”

El “lenguaje inclusivo” constituye un problema que va más allá de la cuestión gramatical

Hablarse del tema del lenguaje “inclusivo” constituido por el reemplazo de la “o” y la “a” por el de la “x” o la “e”, en artículos, sustantivos y adjetivos, o por desdoblamientos de géneros, y emitirse una conclusión reprobadora, se lo hace casi únicamente aludiendo a la cuestión netamente gramatical, cuando si bien, la misma debe ser tratada, no es lo único por ser tratado a la hora de analizar la modificación del vocabulario cuyo supuesto fin, es el de volverlo “inclusivo”.

En cuanto a lo gramatical, paso a exponer mi posición al respecto.

Cuando una expresión en masculino es alusiva a una generalidad de personas, indeterminada en cuanto a sexo (habitualmente mixta), la misma tiene valor neutro, por lo cual, es potencialmente alusiva tanto a hombres, como mujeres y no binarios; ahora bien, por ser comúnmente el universal, masculino, automáticamente algunos asumen que cosa tal, que supuestamente “invisibiliza” a las mujeres, se da por una cuestión machista, sin embargo, quienes esto concluyen, parecen ignorar que hay cualquier cantidad de palabras de género femenino a las que también le damos un valor neutro en cuanto a género; ejemplos: artista, deportista, fascista, comunista, anarquista, estatista, ciudadanía, persona, periodista, y muchas más; ¿tendría sentido decir que, por dichas palabras ser de género femenino, “invisibilizan” a los hombres?… Ante el uso de tales expresiones, ¿tendría sentido hacer el desdoblamiento de género y decir: “deportistas y deportistos”, “fascistas y fascistos”, “comunistas y comunistos”, “anarquistas y anarquistos”, “periodistas y periodistos”, “personas y personos”?, etc.. ¡Por supuesto que no!, ya que a dichas palabras les concedemos un valor genérico neutro y son por eso, aplicables a todas las personas independientemente de su sexo e incluso, de su eventual autopercepción de no pertenencia a ninguno.

Esto de ver machismo en toda expresión que tenga que ver con lo masculino, ha llegado al punto en que incluso hay quienes dicen: “matria”, por creer ver superiorismo masculino en el término “patria”, por relacionarlo con: “padre”, sin tener en cuenta que el mismo, es femenino e incluso lo es el artículo que lo precede (“la patria”).

Lograr concordancia de género gramatical entre artículos, sustantivos y adjetivos, en el curso de un discurso mínimamente extenso, es completamente IMPOSIBLE, de ahí que los “inclusivos” que hacen (innecesariamente) el desdoblamiento gramatical, vivan infringiendo sus propias normas; basta escuchar a alguien que haga dichos desdoblamientos, para darse cuenta de que cuando empieza un discurso, desdobla artículos, sustantivos y (a veces) adjetivos, pero cuando el mismo se prolonga, lo hace cada vez menos hasta que al final, deja por completo de desdoblar, ya que parece ser que lo “invisibilizador” de las mujeres del universal masculino, sólo tiene lugar al comienzo de un discurso; cuando el mismo se extiende, la mujer ya no es más “invisibilizada” por el universal masculino, y respecto a quienes hablan con la “e” o escriben con la “x” con el fin de neutralizar palabras tanto de género masculino como femenino en pos de incluir a los no binarios, se los puede acusar de, según su misma lógica, “invisibilizar” a los hombres y a las mujeres; sus defensores me dirán que, por con cosa tal, neutralizar al género, los hombres y las mujeres están por ellos, incluidos, pero yo les respondo que al aludir a una generalidad indeterminada en cuanto a sexo, a palabras masculinas y femeninas, ya les damos valores genéricos neutros, haciendo esto innecesaria la neutralización de lo que ya es neutro; ante esta lógica expuesta y aceptada como válida por algunos de ellos, hay quienes hacen el desdoblamiento de género y además, “neutralizan” con la “e” o la “o”; ejemplo: “Me dirijo a todas, a todos y a todes” (siempre primero en femenino, porque: “primero las damas”, y nunca los hombres ni los no binarios).

Dado que es absolutamente imposible sostener durante mucho tiempo un habla desdobladora de género gramatical, y más aún, cuando además de eso, se usa también a la “e” para “neutralizar” lo ya neutro, la utilización del “lenguaje inclusivo” en cualquiera de sus formas, conlleva un progresivo e inevitable, empeoramiento en el habla, lo cual, lejos está de ser una cuestión menor, ya que en mi opinión, es muy grave.

La cuestión principal

Lo que más molesta del uso del lenguaje “inclusivo” en cualquiera de sus formas, nada tiene que ver con la cuestión gramatical, sino con el hecho de que aquellos que lo usan, se posicionan en un lugar de SUPERIORIDAD MORAL respecto a quienes utilizamos el estándar, que nos deja en un lugar de inferioridad, correspondiente a discriminadores, lo cual es TOTALMENTE INJUSTO dado que las exclusiones en el lenguaje castellano estándar, pretendidas por los que hablan en “inclusivo”, NO EXISTEN; a la supuesta exclusión de las mujeres y no binarios, presente en el castellano estándar, se la han inventado algunos con el objetivo de sentirse mejores respecto a otros, de ahí lo absurdo de que al llamado “lenguaje inclusivo” se lo tenga por “igualitario”, dado que, por lo que acabo de fundamentar, dicho lenguaje es SUPERIORISTA.

No somos dos grupos enfrentados por la cuestión del vocabulario, ya que en la actualidad, los grupos somos cuatro, es decir, están quienes hablan en estándar, quienes hacen el desdoblamiento de género gramatical, quienes “neutralizan” con la “e” y la “x”, y quienes hacen esto último y además hacen el desdoblamiento de género… Estos cuatro grupos enfrentados, hasta hace poco éramos UNO, pero hubo quienes consideraron que no había suficientes enfrentamientos entre las personas y decidieron crear más;… Lo han logrado; estamos por esta cuestión, cada vez más enemistados;… ojalá que estén contentos.

Si hubiera verdaderamente una exclusión de alguien en el vocabulario estándar, yo estaría a favor de realizar las modificaciones tendientes a que dejara de ocurrir, pero lo que ocurre es que, como ya expuse, las exclusiones que los “inclusivos” señalan, NO EXISTEN.

Que no se me malentienda: yo estoy a favor del lenguaje inclusivo, de ahí que defienda el uso del castellano estándar, dado que el mismo ES INCLUSIVO.

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