Está realidad de selfies, televisada, infecta las mentes, oprimidas por otros cuerpos depositarios de los disvalores sociales.
Ahora más que nunca, hay peleas televisados, pero más que eso se transmiten por streaming, por todas las redes posibles.
Es como la serie norteamericana Black Mirror, dónde todos se filman, o Truman show, donde se construye una gran mentira para ser televisada, y por supuesto, es el programa de más éxito.
Lo mismo pasa ahora, con tipos de programas, que mantienen a la gente encerrada, como experimento de laboratorio. Del otro lado, gente que se divierte, y aplaude algunas conductas.
¿Nadie se plantea que tipo de sociedad estamos viviendo? La perfección de los cuerpos, la juventud eterna, drogas, alcohol, muertes en boliches. Digo: ¿a nadie se lo ocurre pensar en dar un volantazo antes de que pisemos la banquina?
El consumo ametralla a los jóvenes por todos lados, y a sus padres para mantener una vida digna, los obliga a trabajar casi todo el día. Adolescentes creándose prácticamente solos. Junto a una computadora haciendo toda clase de cosas y siguen muriendo como moscas por experimentos o juegos que las redes le proporciona como retos.
Ser mejor que… Esa moda que se impuso como respuestas a crisis financieras y morales en todo el mundo, no lleva a otra cosa más que a la destrucción de familias.
Es para pensar en que mundo estamos viviendo.
Desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina