Por un lado elegimos empoderarmos, pero nos vestimos, peinamos como una sociedad patriarcal nos dicta.
Y seremos bellas a la fuerza, eternas quincianeras, con el abdomen plano, sin arrugas, la cola parada. Una Barbie ahora que volvió a estar en la palestra.
Morimos hermosas, esculpidas a mano. Pero morimos.
¿Quienes son los responsables de generar tanta carga a una mujer? Los medios, la sociedad que busca generar todo un mercado de belleza, cosmética, cirugías para el consumo.
Muchas no queremos envejecer. Tampoco queremos ser la menos agraciada del lugar dónde frecuentamos.
La hegemonía lleva a la muerte, no a la vida.
Se le quita al mundo entero la posibilidad de mejorar, con ese granito de arena que esa mujer que ya no respira , habría de poner.
¿Hasta cuándo?
Busquemos seguridad en el interior, no en la fibrosa apariencia, que es sólo eso: apariencia. Parecer a … definirse como… pertenecer. ¡Basta! Es hora de salir del estereotipo, y pujar con fuerza para parir una sociedad de mujeres seguras de sí mismas, autosuficientes, que no necesite de nadie que le diga lo que es. Ser mujer es arte en sí mismo.
Volá alto Silvina Luna, y todas las que estén en su lugar.