Necesitamos festejar en un mundo que se consume así mismo , por sus propios habitantes (humanos). Se habla, se dice, discute, pero siempre estamos en el mismo punto, la escasez de recursos, pobreza, hambre, muerte, guerra, pestes.
Sí todos decimos: “sálvese quién pueda”, pronto nos quedaremos sin nada a qué o quién salvar.
Ahí está el covid acechando desde su fantasmagórica sombra, tratando de hostigarnos.
La guerra, pobreza, gente tirada en la calle, el consumo de drogas y alcohol.
Nadie se compromete con nada. Es to ya , ahora, urgente como si fuésemos eternos adolescentes, o , como si en el fondo supiéramos que de seguir así, no hay futuro para la humanidad.
Ahora tenemos como en Roma (Coliseo) donde se veía a los gladiadores pelear por su vida. Ese Coliseo se trasladó a una cancha de fútbol. Nadie va a morir, pero si se puede perder. Pero nadie está dispuesto a eso, ni yo – para ser sincera-,porque parece que nuestra suerte, alegría, placer , éxito está ligada a esos hombres peleando un resultado en la cancha .
Sí ganamos, luego de unos días estaremos igual. Otra vez llevando nuestra vida como podemos.
Y sí…. cuesta, pero la alegría va desde adentro hacia fuera y no al revés.
Pero todos juntos, como la selección hacemos el cambio. Por el planeta, por los pobres y enfermos, huérfanos y sobre todo por nosotros mismos. La felicidad no es barata, hay que poner mucho de uno. Transpirar la camiseta, y luego vendrá el resultado. A veces tarda, pero llegar, de eso pueden estar seguros.
Desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina