Carta abierta de María Elena Gómez a la ambiguedad

Carta abierta de María Elena Gómez a la ambiguedad

El retroceso en la ambigüedad de lo supuesto, hace ejercitar al pensamiento.
Inclinándose éste, a creer en esa línea efímera, en definir lo verdaderamente importante de lo que no lo es.
La ambigüedad, es una característica común a nuestro ser, y no por eso hay que desesperar.
Uno puede ser de infinitas maneras, interpretar varios personajes de acuerdo a su interlocutor. Amoldarse a un círculo, a una forma de ser para pertenecer, es muy humano, propio de la adolescencia.
Veamos entonces, que no todo tiene que estar definido, tener certeza.
Los seres humanos queremos eso: definición certeza, porque sino, nos sentimos descolocados, fuera de foco.
No sabiendo entonces, quién es nuestro interlocutor.
Definir a las personas por edad, género, simpatía política, creencias religiosas, era lo que hasta ahora, existía. Y lo que está muriendo lentamente.
Ser libre de la mirada del otro que nos define como personas, es lo que debería ser.
Somos lo que somos y como somos. No necesitamos que otro, nos mire para saber que somos, que existimos.
Las cosas van cambiando lentas, pero cambian.
Libres aún en la libertad.

Desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina

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