Carta abierta de Juan Botana a Myriam Bregman

Carta abierta de Juan Botana a Myriam Bregman

¡Hola Myriam! Te escribo como si te conociera. ¡Vos sabés que te voto, pero hacerte candidata competitiva me cuesta! Y quizás porque vos sos complementaria y eso de la libre competencia es una mentira. Nosotros los sabemos porque nos formamos en la educación pública y esa matriz progre nos queda. Defendemos al Estado y lo público, pero ya nos enseñó Marx que el Estado defiende los intereses de la clase dominante. Y a los obreros que decimos defender no los encontramos y solo nos relacionamos con docentes, estudiantes, intelectuales, empleados públicos, jubilados y planeros. O tipos como nosotros blancos, con estudios universitarios y como decía mi papá si hubiera voto calificado por nivel educativo la izquierda ganaría. Y ahí la contradicción. Si hasta Solano decía en su campaña que tenían que meterse más en los barrios y dejar de ser un partido socialdemócrata de clase media. Y voy a volver a votarte aunque saquemos 3,5 % de los votos y ni los de Solano retengas. De Juan Grabois no pescamos uno. Prefieren serles fieles a Massa por necesidad y urgencia o al Papa Francisco. Y los de Manuela, Moreno, Jesús, Mempo, etc no saben ni quiénes somos. Y gane quien gane si saca una ley antipiquete vamos a tener menos visibilidad que nunca. Un consejo para cuando vayas a la tele: tratá de hablar con frases cortas con gancho. Y dejá de sacarte la foto con Nicolás y decir eso de “Levantá la izquierda” o “La salida es por izquierda”. La derecha no dice que es derecha. Mostrá problemas y soluciones e instalá temas en la agenda como el derecho a la vivienda y hablá de las propiedades ociosas, etc: y da una batalla moral y social al estilo Mujica en Uruguay e interpelá a la sociedad de consumo y mostrá lo innecesario que es tener 20 pares de zapatos, 5 autos y gastar en boludeces cuando más del 50 % no tiene un laburo en blanco y está por debajo de la línea de pobreza. Y habla de la desnutrición infantil y lo de la falta de escuelas públicas con jornada completa en provincia. Y eso de los terciarizados queda viejo cuando la mayoría está precarizado, uberizado, rappidizado o es monotributista. Y si no hay que pagarle al Fondo explicá por qué y decí lo qué harías con la guita y como irías a buscar apoyo a las cortes internacionales y qué harías con los recursos que nos quedan. También lo de la reducción de horas en los trabajos, explicalo mejor. Estaría buenísimo que después de tanta lucha en las calles de las mujeres llegue una candidata como vos a la Rosada. Pero eso no va a pasar. Y otra vez el debate sobre el machismo y si un partido revolucionario debe llegar al poder vía elecciones libres o a través de la lucha obrera. Y que solo se conforme con entrar al Congreso. O tener uno o dos diputados. Y uno en Capital, en Neuquén otro y otros dos en Jujuy y para de contar. ¡Pero vos te viste! Y si no mirate cuando tengas un minuto en el espejo o el celu. Vos, Nicolás, Marcelo, Jorge, Cele, Manuela, ninguno da guerrillero. Vos no sabés la desilusión que tuve cuando lo vi a Altamira con Ramal tomando un cafecito en la confitería El galeón en Palermo. Jamás pensé que en lugares como esos planeaban la revolución. Tampoco lo creía cuando lo veía al “Chipi” Castillo o a Rieznik en la Facultad de Sociales de la UBA. Menos cuando a un amigo de la Izquierda Socialista lo acompañamos a una protesta y antes de empezar la marcha ensayaban una especie de formación militar y le daban un palo a cada uno. Y con otro amigo le preguntamos para qué el palo. Si vos no sabés defenderte. -Es para intimidar me dijo- y nos cagamos de risa. ¡Menos mal que no pasó nada ese día! Tampoco esta bueno sumar mártires como nos pasó con Darío y Maxi o con Mariano Ferreyra. Lo que nunca entendí es por qué no se aliaron jamás con Luis Zamora. Para mí el mayor dirigente que dio en los últimos años la izquierda argentina. Todavía recuerdo cuando me saludaba en una oficina que tenía en la calle Paraná o Uruguay junto a Néstor Vicente y se tomaba un café en la editorial donde yo trabajaba. Yo por entonces era joven y cadete. Ahora tengo 54 años y si en algo puedo ayudar me avisan. Todavía sueño con una Argentina más justa donde no haya tanta desigualdad, no se lleven los recursos naturales, ni estemos endeudados con el Fondo desde que nacemos. Porque así van a estar nuestros hijos y nuestros nietos. Y si no hacemos un Frente de izquierda y centro izquierda amplio pero con otro nombre no vamos a acceder nunca a discutir los problemas del país de igual a igual con los poderosos y conmover a los grandes electorados. Porque la mayoría no te conocen o lo que es peor no te prestan atención. Y eso no es sólo porque te dan menos minutos de televisión y radio para presentar tus propuestas. O porque vas a sólo a programas kirchenistas, donde te llevan para blanquear frente a su audiencia, que un poco son de izquierda. Y encima tienen medio punto de rating. Tampoco porque la plata que reciben del Estado o esa distribución equitativa que hacen de lo que ganan como legisladores no alcanza. Y las empresas privadas no te dan plata y las fundaciones u ONG que acceden son flojas y quedaría mal llamarlo a Maratea para hacer una colecta. Y los socialismos del mundo ya no financian a nadie y dejaron todo librado al libre mercado. Así que los que nos queda es hacer un taller de escritura creativa para la campaña. Y vamos que quedan pocos días para las elecciones generales. Y menos para los debates presidenciales y vicepresidencias donde hay que contestar las preguntas que hacen y no otra cosa. ¡Y acordate, por favor, eso que te decía de las frases cortas! Trata de meter una idea clara en pocos caracteres. Así como hace cualquiera que tuitéa. Y lo que te recomiendo de acá al 22 de octubre es que si hablás de femicidio llevés un caso emblemático a los medios como ejemplo. Y si hay que mostrar la pobreza contalo como historia. Y si vas a hacer una denuncia andá acompañada por el denunciante y no por un abogado o digas que la abogada sos vos. No te pierdas en datos y denuncias. Mostrate con gente. Tenemos más de una generación atada a la necesidad y la batalla cultural y social cuesta. Y no olvides nunca que la salida antes que por izquierda es colectiva.

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