¡Hola, Cristina! Qué bueno que apareciste. Estaba aburrida esta campaña sin vos. Uno imaginaba “King Kong” versus “Godzilla” para esta elección. Es decir, que vos te enfrentaras a Macri. Pero apareció el “loco” de la motosierra y eso no pasó. Ninguno de los dos hubiera querido perder ante un novato. Entonces mandaron lo que tenían a la cancha. Vos a Massa y Mauricio a Patricia. Y a lo mejor en un balotaje se da la política contra la anti política. O lo viejo contra lo nuevo. O las instituciones contra la anarquía. O el orden frente al caos. No sé. Pero todavía estamos a tiempo que la pelea Macri-Cristina se dé. Aunque sea en los discursos. Y de verdad me gustó mucho más que en tu presentación en la UMET te entrevistara Pedro Rosemblat en lugar de Pablo Duggan. Este pibe me parece mucho más piola y lo que está haciendo con los jingles en Tres Estrellas en Gelatina junto a Marcos Aramburu e Ivana Szerman, me parece una maravilla. Y la gente elegirá si la campaña anti casta de Milei es mejor o no que la anti K de Patricia. Y la tuya o la de Massa anti derecha o anti miedo a los otros dos. Lo que no entiendo es que estuviste haciendo estos dos últimos años. No los últimos dos meces como dice la prensa. Porque los dos primeros años durante la pandemia lo dejaste a Alberto y el último año y medio a Massa. Y me queda medio en el que hiciste un poco de ruido y sacaste la gente a la calle para mostrar tu poder, pero de gobernar poco. Como presidenta podrás haber sido buena, muy buena, regular o mala; pero fuiste presidenta. Como vicepresidenta, no. Y uno te vota para que hagas algo no para que digas lo que hay que hacer. Y después salgan tus enamorados y allegados diciendo en los medios y en las redes sociales que diste una “Clase Magistral”, con la excusa de la reedición del libro “Después del derrumbe” un texto que registra conversaciones de Torcuato Di Tella con Néstor Kirchner, allá por el 2003. Y yo insisto en que el contexto actual se parece más al del 89 que al del 2001. Y diagnósticos hacemos todos. Y reversionar la historia también. Hoy con google encontrás info en todos lados y la usás para un lado o para el otro según te convenga. Con argumentar más o menos estás. Y vos en eso sos buena. Vamos a lo que dijiste en la UMET: 1) Apuntaste contra la casta económica, que propone cíclicamente las mismas recetas económicas contra los mismos problemas de la Argentina (Nada nuevo. El problema es que vos tampoco los arreglaste o vas o van en vías de hacerlo). 2) Le enviaste un mensaje a la dirigencia y a la militancia: “La gente no se derechizó. Querer vivir bien no es de derecha (La gente si se derechizó, lo que querés decir es que muchos que no querían derechizarse, por falta de opciones dudan y elegirán esa opción). 3) Respaldaste a Sergio Massa a quien le reconocés su decisión de haberle dicho “la verdad” a la sociedad sobre el acuerdo con el FMI (¿Por qué: otras veces nos mienten? El acuerdo de Guzmán no se lo explicaron a nadie y hasta parece que ni vos lo sabías porque después no te gustó). 4) Le hablaste a la militancia congregada afuera de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo: “Hubo mucha ilusión, mucha expectativa, y no se pudo cumplir. Y quiero pedirles perdón si no pudimos cumplir” (Y eso está bien, pero ¿quiénes? Vos, tu gobierno, Alberto, Guzmán, los ministros, ¿el candidato a presidente? Aunque destacaste el rol del actual ministro de economía Sergio Massa ante las exigencias del FMI (situación que no cambiaría si fuera presidente o como dice unos de los jingles de Gelatina se lo saca de encima con Vaca Muerta). 5) Hablaste sobre las elecciones que son en menos de un mes (de tres tercios, tal cual lo dijiste vos y un montón de encuestadores). 6) A la inflación la inscribiste en el actual contexto de deuda con el FMI contraída durante el gobierno de Macri: “Los aumentos que ustedes sufrieron en góndolas tienen que ver con la devaluación permanente del peso porque el problema de la inflación en la Argentina es por escasez de dólares. Y hoy tenemos una economía bimonetaria, un alto nivel de endeudamiento en dólares, y al FMI imponiendo planes inconsistentes” (¿Y entonces? Nos habla nosotros. Se ve que a ella no le aumentó o maneja otros montos y tanto no lo sintió y no siente responsabilidad sobre esa deuda ni la inflación) 7) Con respecto al gasto público hizo números y sumó jubilaciones, asignaciones familiares, el gasto del Poder Judicial y el Poder Legislativo y las exenciones impositivas, que llamó “los planeros de lujo” con el objetivo de demostrar que, incluso quitándolas todas, no se llegaría a la eliminación de 15 puntos del PBI que Milei habría prometido (Y sí, probablemente esa no sea la solución. Hay que ganar más no gastar menos). Y con esto te dejo porque seguro estarás preparando la defensa para apelar los fallos de casación de Hotesur-Los Suaces y Memorándum de Irán. Preocupada o no porque Pullaro ganó en Santa Fe y Cornejo ganó en Mendoza. Y mirá lo mal que estamos que hasta los radicales vuelven. Lo peor es creer que no se puede empeorar. O pensar las cosas y no hacer mucho para resolverlas. Y supongo que nadie leerá esta carta. Ni siquiera algún colaborador o colabora tuyo atento a todo lo que suben a los portales webs o redes sociales. Y no te despido del todo porque seguro presentarás otro libro o darás otra clase e incluso harás un acto en algún lugar. Porque retirarte de la política no querés o no te dejan. Y la Argentina te votó para vicepresidenta y te necesitaba gobernando para bien o para mal, no hablando y hablando para que otros repitan. Plantándote al fondo, a los grupos económicos, a los medios o a “la derecha” o al Poder Judicial, si querés. Pero haciendo algo. Tomando decisiones, no dando “Master Class”.