Bucaramanga, 12 de octubre de 2022
Querido y amado hijo:
No sabes cuántas veces te soñé. Esperaba que tus ojos fueran verde esmeralda como los de tu padre; con el color de mi cabello y la sonrisa amorosa de las estrellas.
Me imaginaba tus pequeñitas manos, acariciando mi rostro; la dulzura de tu voz cuando me llamaras mamá; sonreír al verte gatear y estar pendiente de que no te resbalaras; ayudarte a dar tus primeros pasitos
y sentirme feliz, cuando caminaras a mi encuentro; derramar lágrimas de tristeza cuando te dejará en tu primera clase en el colegio; verte lucir tu uniforme; luego asistir a tu graduación en el colegio y verte escoger tu Carrera Universitaria; formar un hogar y tener hermosos nietos…
No me importaba si fueras un niño o una niña;
simplemente serías una parte de mi corazón y de mi alma, a quién daría todo mi amor, mi comprensión, mi ternura… En una palabra mi vida entera… pero todo se quedó en ilusiones…
todo fue un sueño dorado… la vida no me permitió ser madre.
Mis ilusiones volaron con mariposas; mi sueño se quedó dormido eternamente; mis manos se quedaron vacías y tú…mi amado hijo, solo vives en mi corazón que te arrulla aunque no estés conmigo…
Te amo hijo, aunque nunca pude concebirte, vives eternamente en mi corazón y en mi alma.
Tu madre ilusionada e imaginaria,
Isbelia
Desde Bucamaranga, Colombia