A mi me gusta andar en bici, fui a comprar repuestos acá cerca a unas 20 o 25 cuadras y al volver por Magallanes lo vi, pase de largo, estaba tirado en el medio de la calle, a la media cuadra me volví y lo levanté, lo colgué del manubrio y sentí un gracias, parecía que movía la colita, habrá sido la alegría de algún niño, hoy es mi alegría, lo bautice “perrito malvado” y a partir de ahora mi nuevo compañero.