Esa carta que no escribo. Habitación de lo no dicho, N/N:
La última vez que intenté decir la verdad el inconmensurable error fue no decírtelo de frente. Mis gesticulaciones e idas y vueltas por toda la habitación tratando de que entiendas por completo la grandilocuencia de lo que callé en todas las oportunidades anteriores para no generar mayores conflictos que culminen en una muerte segura. La tuya.
Deberías darle gracias a mi carácter pasivo y a mi secreto bien guardado. Tengo alma de granada.
Ahora en esta etapa de encierro en donde vos no estás presente estoy organizando un golpe certero.
Sé que no te enterarás nada ante el punto final. Esta carta quedará guardada en una caja de Pandora para cuando regreses, si es que te atreves.
Adentro de ella guardé un arma letal: «Mi Indiferencia».
Desde Cañada de Gómez, Santa Fe, Argentina