Carta abierta de Luis Ricardo Arévalo Arias al pandemónium de las bitácoras adyacentes

Carta abierta de Luis Ricardo Arévalo Arias al pandemónium de las bitácoras adyacentes

Parate en la bascula y hurga en las bitácoras adyacentes. Vos no conoces el ghetto y no sabes de lo que son capaces de hacerte. Imprecaciones de gago con pecas en las mejillas, hipocondrías, jaquecas, nauseas, vértigos, un jesuita de pacotilla exprime cerebros inconformes, todos somos victimas de verdugos adefesios, enigmas del presente cotidiano, somos es la palabra perfecta léase al revés, con su masa espermática en las manos, ese energúmeno pide su ultimo deseo, la copula, dogmatizador y ajusticiador de meretrices. ¿Dónde dejo el ombligo implicado en un infanticidio?  como si se tratase de un delfín aunque el niño su pera el matrimonio. Augurios de plataformas inmundas, graffittis de activistas ideológicos que no consiguen patrocinio y se mueren de hambre, lo hacen todo por amor al arte ¡Matizona! cabezas calientes, manzanas podridas.

Tomo sopa Maruchan como comida emergente, por si las moscas ¿Practicas quiromancia? o das los cinco a cambio de nada, esta de moda un tatuaje, un piercing y un karaoke, ninfómanas que se las trague la tierra, pandemónium de cervezas y serpientes. No he avistado OVNIS,  solo muchos semáforos en estado de descomposición.

Te invitaré a ver un cumulonimbus, para ver si eso te satisface.

Me lo dijo el cellista de los ojos verdes.

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