Hoy, transitamos en la Argentina, el momento más difícil de la pandemia por SARS-CoV2,
medido tanto en función de nuevos contagios como también por el creciente número de
personas que fallecen a diario. De no implementarse medidas adicionales, está situación
continuará agravándose día a día. En este contexto, la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires junto a las Sociedades Médicas y Científicas firmantes,
preocupados por la Salud Publica, comunicamos nuestra posición a las diferentes
instancias de gobierno, a nuestros colegas y a la sociedad toda.
El distanciamiento social continúa representando la medida fundamental en la lucha
contra la pandemia. Observamos con gran preocupación un relajamiento en el
cumplimiento de las normas de distanciamiento, que no respeta límites geográficos
ni circunscripciones políticas. Hacemos al respecto un enérgico llamado que
comprende tanto a los gobiernos como a cada uno de los ciudadanos. Hablamos de
miles y miles de muertes que pueden ser evitadas.
Se debe poner en funcionamiento, con mayor rapidez, dispositivos de búsqueda de
personas infectadas con y sin síntomas, (pero que igual contagian) y contactos
estrechos. A tal fin, debe ampliarse drásticamente nuestra capacidad diagnóstica,
implementando una lógica más agresiva y activa. Lo que hemos hecho hasta el
presente en este terreno, es claramente insuficiente. Si bien hasta el día de hoy, la
mortalidad es más baja que en muchos países, nuestra cantidad de infectados y
fallecidos sigue en aumento.
El personal de salud ha realizado y continúa realizando, un esfuerzo extraordinario.
Día a día ponen en juego su salud, y la de sus seres queridos. Es esencial reconocer
su trabajo y brindarles nuestro cálido homenaje. A las autoridades les solicitamos,
con carácter de urgente, fortalecer el sistema de salud, mediante la incorporación
de personal idóneo y equipamiento adecuado, y reconocer a aquellos a quienes se
desconoció y desvalorizo por mucho tiempo. Le pedimos a la sociedad y a los
gobiernos, que nos ayuden a cuidar y que nos cuiden.
Estamos agotados de trabajar en este contexto y en estas condiciones laborales. La
pandemia nos afecta a todos, el temor a enfermar y a morir está presente en la
sociedad, y el cansancio por la distancia y el encierro es cada vez mayor. Los
médicos, enfermeros, kinesiólogos, y demás trabajadores de salud, estamos,
además, estresados y exhaustos, de trabajar en forma continua y sin descanso,
desde hace 160 días, en un sistema que no nos reconoce, que no nos cuida, ni nos
da los elementos de protección necesarios para nuestro trabajo. Nosotros también
nos enfermamos, nos morimos. A nadie debiera faltarle el trabajo, pero lo que es
seguro, nadie debería perder su vida por trabajar, y esto nos está sucediendo.
Nos preocupa mucho, el aumento de circulación comunitaria, la falta o el mal uso
de barbijos y máscaras, el que no se respeten las medidas de distanciamiento, las
reuniones sociales sin cuidados, porque esto lleva directamente a un aumento de
contagios, discapacidades y muertes. Es necesario aumentar nuestra conciencia de
riesgo, como individuos y como sociedad. Todos queremos creer que lo peor ya
paso, pero no es así, y no pasará como en los cuentos o en los sueños, que las
cosas sucedan por solo desearlas. Los aumentos de casos en el interior del país y
“Las mesetas con números altos” en algunas ciudades, solo preanuncian nuevos
casos de enfermedad, y ni siquiera las sociedades con sistemas de salud muy
avanzados, pudieron sostener el riesgo a enfermar, sin tener que sufrir una inmensa
cantidad de víctimas. No es posible, que la necesidad de la libertad de tomar un
café, nos exponga a más pérdidas de vidas. Necesitamos que la sociedad visibilice
estas situaciones de “falta de cuidado individual y comunitario” como problemática.
Por ahora, el mejor remedio que encontramos, fue el distanciamiento, y las medidas
de protección, y mientras tanto, seguiremos investigando también sobre vacunas,
plasma, sueros o algún medicamento.
Ahora es cuando, de manera responsable y como sociedad adulta, debemos asumir
las responsabilidades que nos corresponden, como comunidad, como individuos y
como gobiernos, y hacernos cargo de los cuidados de la salud y la vida propia y de
nuestra gente.
FIRMANTES
Dr. Jorge Geffner, Catedra de Inmunologia
Dr. Carlos Rojo, Claustro de Graduados,
Dr. Edgardo Knopoff. Escuela de Salud Publica
Dra. Claudia Negri. Secretaria de Licenciaturas y Cursos
Dr. Carlos Damin, Departamento de Toxicologia y Farmacologia
Dra. Angela Gentile, Sociedad Argentina de Pediatria
Dra. Raquel Wainsztein, Depto de Pediatria,
Dr. Alberto Perez Rodriguez, IAR
Dr. Luis Sarotto, Depto de Cirugia
Dr. Adrian Desiderio, Depto de Cirugia
Dr. Pascual Valdez, Sociedad Argentina de Medicina
Dr. Pablo Rossini, Carrera de Especialista Terapia intensiva
Dr. Guillermo Chiappero, Sociedad Argentina de Terapia Intensiva
Dr. Ignacio Brusco, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental
Dr. Hugo Rios, Instituto de Biología Celular
Dra. Adriana Alberti, Departamento de Salud Publica
Dr. Guillermo Roccatagliata, Hospital Garrahan
Dr. Donato Spaccavento, docente Salud Publica
Dr. Sergio Varela, Profesor Kinesiologia
Lic. Magdalena Veronesi, Sociedad Argentina de Kinesiologia Cardiorrespiratoria
Dr. Nestor Lago, Departamento de Patologia
Dr. Matias Rojo, Claustro de Graduados
Dr. Javier Andes, Subsecretario General
Dra. Graciela Manzur, Claustro de Profesores
Dr. Juan Carlos Bianni, claustro de graduados
Dr. Carlos Reyes Tosso, Secretario Academico
Dr. Pablo Sisco, Sociedad Argentina de Cirugia
Dra. Liliana Alfaya, claustro de Graduados
Dr. Jose Anderman, claustro de Graduados
Dra. Cristina Stella, claustro de Graduados
Dr. Gustavo Noya, clasutro de Graduados
Dra. Liliana Voto, relaciones
internacionales
Dr. Ricardo Gelpi, Decano
Siguen las firmas !!
Fuente: UBA