Carta a abierta de Ivonne Carrazco a una mujer desesperada

Carta a abierta de Ivonne Carrazco a una mujer desesperada

Hidalgo del Parral Chihuahua. a 9 de Septiembre de 2022


Hola querida:


No te conozco, pero para mí eres una persona querida, te preguntarás -¿Por Qué?-,
bueno simplemente eres mujer, estás muy joven y en este momento sufres terriblemente,
debido a esas tres razones de peso te regalo mi cariño. Una persona que te ama, amiga de tu
madre, me pidió que te escribiera esta carta, no se tu nombre, solo que tienes dieciséis años,
estás embarazada, tu novio te abandonó, permaneces hospitalizada después de un intento de
suicidio y no quieres a tu bebé.
Cuán inmenso es mi deseo de consolarte, abrazarte y le pido a Dios guíe mi mano
para encontrar el camino a tu corazón y solo abriendo el mío podremos establecer contacto.
Primero debes saber que soy madre soltera, tengo un hijo de 29 años, nunca me casé, me
dediqué a cuidarlo, a hacer de él un hombre de bien y lo logré; no voy a engañarte, no fue
fácil, pero es una labor muy gratificante, a pesar de que me embaracé siendo una mujer
adulta, hace muchos años, cuando los prejuicios y señalamientos eran terribles, yo también
me sentí vulnerable , abandonada, confundida y terriblemente herida; asustada ante la
enorme responsabilidad de ser madre y lloraba y le pedía a Dios que la prueba de embarazo
del laboratorio saliera negativa, pero cuando tuve en mis manos el resultado “positivo”, aún a
treinta años de distancia cierro los ojos y esa palabra se materializa ante mí. Increíble solo
ocho letras bastaron para cambiar mi vida radicalmente, en todos los sentidos, moral, social y
laboralmente.
La senda fue dura, sin embargo hoy me siento orgullosa, tengo un maravilloso hijo
profesionista, con un buen trabajo y desde el fondo de mi corazón te digo valió la pena,
agradezco al Señor por permitirme ser madre, por ayudarme a madurar a pasos acelerados
para aquilatar que en un embarazo, la figura de mujer esbelta se hace a un lado, que tus
“amistades” te critiquen, que no tengas a su padre a tu lado, que te estigmaticen y castiguen
en tu ambiente social y laboral; importa tu bebé, porque si a alguien llega uno a querer tan
profundamente, con ternura y sinceramente es a tu pequeño, la recompensa la tienes muy
pronto cuando te rodea con sus bracitos y te besa con el amor más puro e inocente y te dice
“mamá”, pronto te darás cuenta que es un pedacito de tu corazón.
Anteriormente la sociedad señalaba con bastante dureza a las madres solteras,
afortunadamente los tiempos van cambiando, solo quiero compartirte mi experiencia. La gran
mayoría de las mujeres, en nuestra juventud nos enamoramos del amor, visualizamos un
hombre ideal y de acuerdo a nuestras necesidades le atribuímos cualidades y sentimientos
cada vez con expectativas más altas, que sea: cariñoso, tierno, generoso, respetuoso, alegre,
bailador, etc. etc. y cuando nos encontramos con una persona por la cual sentimos una gran
atracción física, luchamos por afianzar esa relación, llámese noviazgo, matrimonio o pareja.
En un afán muy humano de reafirmar nuestro atractivo, al conseguir como pareja a un
hombre codiciado por las demás y naturalmente, en nuestro absurdo inconsciente persiste la
idea de que ese ser, con el cual soñamos al fin tiene rostro, cuerpo y nombre, y le
adjudicamos las cualidades que quisiéramos tuviera, cuán lejos de la verdad, puesto que ese
dechado de virtudes, es en realidad un ser inmaduro que en cuanto consigue seducirte, al
enterarse del embarazo, corre despavorido, si es que no te culpa por no haberte cuidado y
como Pilatos, se lava las manos y te deja sola con la responsabilidad de un hijo.
Recientemente una querida amiga a quien su esposo la abandonó junto con sus hijos
hace ya muchos años, me compartió el consejo que le dio un maravilloso sacerdote, cuando
acudió al templo, en busca de dirección espiritual, ella empezó a llorar mientras le contaba su
vida y él la confrontó con una sinceridad fantástica -¡No comprendo por qué te lamentas !- tu
esposo te abandonó porque obviamente no te quería y yo en éste momento te estoy viendo de
pie en una playa, sollozando con desconsuelo porque tienes entre tus manos un poco de agua
que se te escapa entre los dedos, ese pequeño charquito es el amor de tu esposo, pero si tan
solo levantaras la vista y contemplaras el mar, esa enorme cantidad de agua que te rodea, es el
maravilloso e infinito amor de Dios.
Te hablaré un poco de ese ser supremo que nos creó con amor, que guía nuestros
pasos cada día y que nos envía infinidad de bendiciones, que muchas veces no sabemos
agradecer.
En realidad, las situaciones difíciles como por la que estás atravesando, son ocasiones
maravillosas para acercarnos a él y solicitar su ayuda, dile que no te suelte de su mano, te
conceda mucha fortaleza, que sane tu corazón y pídele te enseñe a amar a ese pequeño ser
que vive dentro de ti, que no tiene la culpa de nada y que la única percepción que tiene de
este mundo eres tú, goza con sus movimientos, imagínatelo en tus brazos, su primer sonrisa,
cuando al fin te diga mamá.
Deja por un momento de sentir lástima por ti, por tus ilusiones rotas, por tus sueños
destrozados, quisiste gozar de tu sexualidad como una mujer adulta, ha llegado el momento
de asumir las consecuencias de tu acción, elige vivir tu realidad con dignidad y entereza;
demuestra que eres una mujer completa, valiente, deja que el instinto maternal que refrenas se
desarrolle y te envuelva con la calidez de un capullo, así mismo pide perdón a Dios por tu
actitud, después a tu madre, pero sobre todo a tu hijo, a ese ser que no pidió venir a éste
mundo, y que se está gestando en tu vientre, por las razones que sean, pero ahí está y se aferra
como un guerrero sobreviviente, pues desde pequeño está aprendiendo a luchar a pesar de tu
rechazo.
La vida es única y maravillosa, aún y cuando a veces nos parezca tétrica y gris el
Señor nos creó para que fuéramos felices, a él no le agrada vernos sufrir, de hecho si lo
piensas, en su infinita sabiduría te mandó a uno de sus ángeles preferidos, a crecer en tu
vientre para que así, jamás te sientas sola.
Ojalá estas líneas te sirvan de consuelo, no las intérpretes como el sermón de una
desconocida que se siente con derecho de decirte como debes vivir tu vida, pues jamás fue mi
intención, te mando un fuerte abrazo y un beso con los cuales quisiera confortarte un poco,
ten la seguridad de que oraré por ti y por tu hijo todos los días para que te recuperes pronto y
aprendas a amarlo.


Con amor
Ivonne

Desde Hidalgo del Parral, Chihuahua, México

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