Dan las 12 en punto de la medianoche, se escuchan cohetes? y no es primero de año…
En realidad lo que se escucha bien cerca es la descarga completa de una ametralladora. Bien clarito. Y sigue… Por acá en la esquina… O a la vuelta. Menos mal que salí a revisar las plantas más temprano. Hace tanto calor que estaba por salir al patio recién.
Esta tarde hubo un incendio. Llegaban ceniza y humo hasta el tender de mi ropa en el patio, por eso lo tuve que dejar pegadito a la puerta de la cocina.
No es ficción. Es el barrio.
Mi padre siempre dice que no pasa nada… En su cabeza será que no pasa nada. Mecanismo de negación.
El incendio de esta tarde fue en el campo lindero a esta manzana. Son varios terrenos juntos donde se va a construir alguna vez la Capilla de La medalla milagrosa. Pero como está todo muy verde eso salvo por un cartel que reza el destino del campo, y unas misas un poco carismáticas que hacen un domingo al mes un cura de pelo largo y un grupo de feligreses exportados de barrios vecinos con pinta de catequistas o misioneros… con la crisis fueron desapareciendo los añosos árboles que poblaban el predio, que antes fuera quinta o estancia y hoy espera al templo… Había visto quemarse árboles todos esos meses desde cuando me mudé a mi casa. Pero no sabía a qué se debía el humo siempre proveniente del mismo lugar. Una vez, o un par, inclusive vinieron los bomberos, de eso se hablaba al otro día en el bondi, del otro lado del campo, a tres cuadras sobre el asfalto.
No eran ideas mías entonces. Esas nubes negras no solo a mí me parecían terribles y ese olor a humo que permanecía insoportable en el aire era porque se habían llegado a quemar los cables de la luz.
Ahora bien, no se entendía ni con esos datos qué era lo que causaba los incendios o su motivación.
Extrañamente en este lugar hay algo que se respeta mucho y eso es la propiedad privada si se trata de la iglesia.
No había gente intentando habitar ese gran baldío, aunque el campo llevase años vacío y el proyecto de edificar pareciera cada vez más lejano y aún los fieles no se sumaran a las misas, y pareciera en cambio, que el sonido de los evangelistas de la otra cuadra fuera mucho más potente cada vez…
Solían aparecer chasis de autos quemados cuando salía el sol. A veces, de hecho había visto un par de autos quemarse “en vivo y en directo” y a pocos metros personas en actitud “extraña” aunque no sé qué signifique exactamente esa última frase, volveré sobre ella cuyas caras no se distinguían bien porque estaban a una cuadra de distancia desde el patio de casa.
Pibes y niños cazando pajaritos.
Muchos montones de basura incendiándose cual quema.
Un arco de fútbol, los vagos poniéndose en pedo o tomando merca.
O acechando la vecindad.
Pero extrañamente, toda esa fauna, respetaba la propiedad privada de la iglesia y no había organizado ninguna toma del campo en todo ese montón de años que hubo desde el loteo.
Y estaba ese campo ahí, deshabitado.
Por julio, cuando hacían los fríos más fuertes, vi, sin embargo, algo que me dejó con el recuerdo detenido en ese momento.
Había habido un incendio hacía horas apenas. Cubría todo un cielo gris al momento del fuego. Después se disipó. Yo colgaba ropa en el tender y cuidaba que mis gatas no se fueran muy lejos. De repente, giro la cabeza por unos segundos apenas y veo un par de doñas y un par de carretillas ir como desde el centro hacia la salida del campo. No entendí la imagen hasta un tiempo después. Esa noche no haría frío en sus casas.
